Una puerta siempre abierta
El evangelio de hoy nos da tres orientaciones para la vida.
1-No devaluar lo valioso. Apreciar lo importante.
2-Tratar a los demás como queremos ser tratados. Una norma ética fundamental.
3-No buscar el camino fácil, cómodo, el que no tiene dificultad ni esfuerzo.
Todo sacrificio ofrecido con fe humilde, siempre es bendecido: INGRESEMOS POR LA PUERTA ESTRECHA AL CORAZÓN SACRATÍSIMO DE JESÚS.
«Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida» Si vamos cargados con nuestros egoísmos no podremos pasar a la vida, ni disfrutar por el camino del encuentro con el Otro. Nuestra carga nos impedirá atravesar la puerta de la felicidad.
“Jesús nos dice que hay una puerta que nos hace entrar en la familia de Dios, en el calor de la casa de Dios, de la comunión con Él. Y esa puerta es el mismo Jesús (Cfr. Jn 10, 9). Él es la puerta. Él es el pasaje para la salvación. Él nos conduce al Padre. Y la puerta que es Jesús jamás está cerrada, esta puerta jamás está cerrada. Está abierta siempre y a todos sin distinción, sin exclusiones, sin privilegios”. (Papa Francisco)
Es importante recordar la enseñanza de Jesús, hoy más que nunca… pues la pandemia abortó agresividad y menor compasión, egoísmo y prepotencia y menos solidaridad. Ayúdanos Señor a responder con amor y ganar nuestro pase por la puerta de salvación
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