Corazón abierto a todos

 


 “¡Alegraos conmigo!, 
he encontrado la oveja 
que se me había perdido”.
 ( Lc 15, 3-7).

Hoy celebramos la solemnidad del Corazón de Jesús. El corazón de Jesús, el amor de Dios, lugar de encuentro, sitio para todos, hermanos en Él... Fiesta del amor de Dios a cada mujer y hombre de este mundo.

Celebramos el amor misericordioso del padre manifestado en su hijo.

Dios es el amor, la donación, la entrega recíproca del padre y del hijo y del Espíritu Santo. En Dios, el amor une y distingue. La esencia divina es el amor, pero ese amor, siendo único, es amor paternal en el Padre, amor filial en el Hijo, amor de comunión en el Espíritu Santo.

"Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré" Es una llamada a la confianza en Él, pongamos nuestro proyecto de vida en sus manos, dejemos que Él ocupe el centro de nuestro corazón, tenemos un sitio en el suyo, nos quiere.

Por pura iniciativa suya, Dios padre, fuente y origen de todo auténtico amor, nos busca y se nos da a sí mismo. Pero no es un amor cualquiera, es el amor del Buen Pastor que lo deja todo para ir en busca de la oveja perdida; pero busca nuestra respuesta a su amor.

Jesús vino para salvar lo que estaba perdido. Con el gesto de ternura de cargar sobre sus hombros la oveja perdida y convocar a sus amigos y vecinos a compartir la alegría del encuentro, Jesús nos habla de la gratuidad de la experiencia salvadora.

Dejar 99 ovejas para ir tras la que se ha perdido. Cuando la encuentra, se la carga contento, y reúne a otros para compartir esa alegría. Así es Él Te ama con infinito Amor. Está empeñado en salvarte. Confía. Estas son las locuras del amor. Se ocupa de lo perdido, le da cuidados sin reproche, contagia alegría.

La alegría de lo roto que se restaura. De lo abandonado que alguien acoge. Lo herido que es curado. Lo rechazado que es abrazado. Lo enfadado que se logra perdonar. Lo incomprendido al que alguien entiende. Lo huérfano que es adoptado. Lo inexperto en quien alguien da confianza. Eso es lo que logra Dios y su alegría.

 

Señor, que sienta la alegría profunda del retorno. Dame la fuerza, para salir, como Jesús, a buscar al que un día se fue. Y tú, no me dejes de la mano para que nunca me aleje.

 

 

 

DIOS ES AMOR. DIOS TIENE UN CORAZÓN ABIERTO A TODOS.

Me pregunto: ¿Tengo el corazón abierto, para acoger y compartir amor?

Tú no eres Señor, un Dios impasible.

Tienes un corazón grande y siempre abierto.

Danos un corazón nuevo,

un corazón lleno de compasión.

Todos nosotros somos o fuimos alguna vez ovejas perdidas y Dios, con su misericordia, nos buscó y nos perdonó


"¡Alegraos conmigo!"
Reposemos nuestra cabeza en el pecho de Jesús, como el discípulo amado y digámosle: “Señor te quiero, cuídame, apaciéntame en tu rico pasto para que yo permanezca en tu corazón

«Así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta» El esfuerzo por volver al camino desde el arrepentimiento nos hace ver que siempre podemos mejorar. No debemos permanecer en el suelo por nuestro fallo, podemos levantarnos y ser acogidos con gozo.

Recuerda siempre: ¡SU MISERICORDIA ES ETERNA! Es causa de nuestra confianza gozosa. ¡Miremos la historia y que brote la acción de gracias!

Recuerda ¡SIEMPRE! Eres bautizado, llamado a ser testimonio de su luz, de su paz, de su bondad. Somos operarios en el Reinado del Corazón Sacratísimo.

Corazón Bondadosísimo de Jesús, permítanos ingresar en las entrañas de tu misericordia infinita, para lograr aquello, que por nosotros mismos, no podemos: 

¡TRANSFIGÚRANOS JESÚS, A TU IMAGEN!

¿Eres consciente de que tu vida está custodiada para siempre en el Corazón de Jesús?


Cuando estamos perdidos,
Tú sales a nuestro encuentro
Cuando estamos cansados,
Tú nos llevas al pozo de tu Eucaristía
Cuando estamos desilusionados,
Tú nos llevas al pozo de tu alegría
Cuando nos perdemos en nuestros pecados,
Tú nos conduces a tu perdón
Cuando nos fijamos en lo exterior,
Tú nos indicas el camino hacia el corazón
Cuando nos alejamos de Dios,
Tú nos hablas con tu presencia
Cuando nos sentimos débiles y muertos,
Tú nos das vida con tu Espíritu Santo
Cuando aparecen arrugas en nuestras almas,
Tú les das vida con tu amor.


 

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