“Si permanecéis en mi palabra,
seréis de verdad
discípulos míos;
conoceréis la verdad,
y la verdad os hará libres”
(Jn 8,31-32)
El Espíritu nos guía a redescubrir el don de la Palabra
de Dios.
Une para nosotros tres experiencias: ser discípulos de
Jesús, conocer la verdad, vivir la libertad.
Ama la Palabra,
guárdala en el corazón como María, llévala a la vida.
Bendito sea el Señor, Dios Trinitario.
A Él el honor, la alabanza y la gloria por siempre.
Su Palabra nos salva, nos hace libres.
Sólo Él.
"Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo
como a ti mismo".
El amor, que es donación, como mandato.
El amor sobre la ambición de poder o de poseer.
El amor reina.
Lo demás son ídolos con pies de barro.
Bendito seas Señor Jesús.
Infúndenos tu Espíritu; haznos
fieles a tu Palabra; enséñanos a renacer a la vida nueva de tu Reino; danos a
conocer tu Verdad que nos hace libres.
A ti la alabanza y
la gloria por los siglos.
“La verdad os hará libres.”
Hay realidades que duelen, asustan, acomplejan, dan
vergüenza... realidades de las que somos presos.
El trabajo, la familia, las obligaciones, las aficiones,
…
Tenemos muchas cosas que nos esclavizan en nuestro día a
día.
Reconocer y acoger con humildad esos dolores, esos
miedos, esos complejos, esa humillación... es el principio de la libertad.
¡Déjate liberar por quien te ofrece la verdadera
libertad!
Porque tus ataduras no aprietan tanto como crees …
Y la verdad nos hará muchas veces nadar contracorriente.
Es el precio del amor y la libertad.
Es tiempo de RECORDAR, de volver a pasar por el corazón
los momentos que nos han hecho felices y dar gracias a Dios por ello.
Jesucristo, nuestra verdad, nos hace libres, para ello
confiemos como María, aprendamos de ella a ser tierra en la que 'cala' su
Palabra.
Señor, libéranos de tantas ataduras que tenemos y de
las que no somos conscientes.
Ven, Espíritu Santo, porque donde Tú estás hay
libertad, verdad, humildad; hay comunión y esperanza, hay alegría y paz.
Ven porque donde Tú estás está Cristo, ven para que no
nos falten profetas y testigos, ven y enséñanos a orar, a decir "sí";
ven porque eres capaz de poner gozo secreto en medio del sufrimiento.
Con tu fuerza levántame del suelo, quítame los miedos
y haz que no abandone el Camino que me lleva a la Vida con mis hermanos.
Amén
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