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Dios de los pequeños.




“Jamás ha hablado nadie como ese hombre”
 (Jn 7,46)  


"¿Es que de Galilea va a venir el Mesías?".
De Galilea, de las periferias y descartados, sigue viniendo el Mesías.
Solo hace falta abrir los ojos para encontrarse con él.

Hubo quien despreció el origen humilde de Jesús
¿No es nuestra actitud prejuiciosa muchas veces con nuestros hermanos de la misma forma?
¿Puede salir algo bueno y noble de la gente sencilla? 
Rotundamente SÍ.

«¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?»
Pregunta d Nicodemo a los fariseos, de total actualidad estos días en España.
Toque d atención para cuando juzgamos, opinamos sin tener todos los datos y enfoques...

Es tiempo de NO QUEJARSE tanto (demasiado) y valorar lo que tenemos.

El Espíritu siempre habla bien de nosotros, por eso mantiene viva en nosotros la memoria de Jesús, el que hablaba como nadie.
Los que presumen de conocer a Dios quieren eliminar a Jesús, lo tachan de impostor.
Pero la palabra de Jesús no está encadenada por el miedo.
Toma, con Jesús, las decisiones importantes de tu vida.
 Jesús, ¿qué quieres de mí?
Ábrete sin temor a la acción del Espíritu.  

Dios es el Dios de los pequeños.
Dios se hizo pequeño.
Nadie es fuerte cuando responde al mal con el mal.
Sólo cuando tiene el corazón de un niño.
La vida cristiana no es un ME GUSTA sino un ME DONO...

“Espíritu Santo, infúndenos la fuerza para anunciar la novedad del Evangelio con audacia, en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente” (Papa Francisco).

Señor, también a mí me indigna la mentira, la injusticia, la violencia, la miseria...
Pero en demasiadas ocasiones soy miedoso y no me juego mi fama, no arriesgo mi comodidad, no comparto lo que debiera, para defender la verdad, la justicia y la paz, para luchar en favor de los más débiles.
Señor, aumenta mi confianza en ti, dame una confianza más grande que mi miedo y mi egoísmo.
Y concédeme valor para dar la cara por ti, por tu Reino, por tus preferidos: los pobres y los que más sufren.
Amén.


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