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Ser trigo.

 

"Si el grano de trigo cae 

en tierra 

y muere, da mucho fruto".

(Jn 12, 20-33). 


“Quisiéramos ver a Jesús”
Quisiera ver tu rostro y tus labios.
Quisiera tocar tu piel y rozar tu mano.
Quisiera escuchar tus susurros a mi lado.
Quisiera reconocer en tu fragancia por dónde has pasado. 
Quisiera gustarte y que te sientas también por mí amado.

Nuestra vida, nuestras acciones, serán el germen de algo bueno en el futuro, si ponemos verdadero empeño en ello. 

¡Crece y germina como una semilla entre los tuyos

Mi alma se agita, Señor



Cuando llega la hora de la verdad,
y siento que no tengo tantas fuerzas
para defender tú Reino.
Porque me cuesta renunciar a  mi “YO”
y decirte que soy todo tuyo, Señor.

Mi  alma se agita, Señor.
Porque, lejos de ser trigo que muere,
pretendo ser flor que nunca se marchita,
que no quiere perder ninguno de sus pétalos,
que lejos de renunciar a su hermosura,
la quiere salvar a toda costa.

Mi  alma está agitada, Señor.
Porque para dar fruto,
me dices que, primero, hay que desaparecer.
Porque para darte gloria,
me recuerdas que he de sucumbir.
Porque para, ser de los tuyos,
he de alejarme de muchos de los míos.

Mi  alma está agitada, Señor.
¿Qué te diré? ¿A quién clamaré?
¿A dónde iré? ¿Merece la pena, Señor?
Como Tú, Señor, también yo digo:
Líbrame de aquellas horas
que me producen pena y llanto.
Evítame las cruces excesivamente pesadas.
Condúceme por los caminos
no inhumanamente estrechos.
Pero, eso sí, Señor;
No se haga mi voluntad.
Porque, sé mi Señor,
que todo lo que me pides y me das,
que todo lo que pones bajo mis pies,
es porque, previamente, Señor,
sabes que lo puedo soportar
y por Ti entregar.

Mi  alma está agitada, Señor.
Pero sé que, hoy siempre,
la esperanza que tengo en Ti
no me defraudará.
Amén.

P. Javier Leoz

Cuando sea elevado, en la cruz, Cristo nos muestra su sabiduría…

Tu sabiduría es sorpresa para el niño,
desafío para el que busca
y promesa para el que sueña.

Tu sabiduría es necia
para quien quiere ser Dios,
pero cierta para quien se sabe
humano,
finito y frágil.

Tu sabiduría es cruz donde se alza
el que ofrece un brazo amigo,
una palabra cierta,
un encuentro liberador.

Tu sabiduría es llave que abre
portones largo tiempo cerrados
y trae a nuestras estancias
un aire de libertad y gozo,
de comunión y fiesta.

Haznos sabios, señor,
con esa sabiduría tuya
de evangelio y reino,
de camino y mesa.

José Mª Rodríguez Olaizola, sj




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