“Ellos contaron cómo lo habían reconocido
al partir el
pan”
(Lc 24,35)
"Lo reconocieron al partir el pan"
Ignoramos dónde estaba la dudad de Emaús.
Los discípulos
necesitaban huir de Jerusalén.
"Habíamos creído…”
Nos pasa a todos cuando
nuestros deseos e ilusiones no se corresponden con la realidad.
Podemos
deprimimos o buscar la respuesta en el encuentro con Jesús en la Eucaristía.
Ante el Señor las cosas toman un cariz diferente.
Señor, que sepa encontrarte
en la Escritura y en la Eucaristía.
Jesús se hace compañero de camino de
los que se marchaban desalentados.
Su palabra penetra en su desencanto y la
vida vuelve a sonreír en su interior.
Del desencanto pasaron al agradecimiento,
de la desilusión a la esperanza.
Todo fue fruto del encuentro con Jesús.
¿Te
nacen deseos de contar a Jesús?
Jesús, por tu cercanía y tu
palabra, por tu pan partido y repartido, me ha nacido una historia que cuento a
todos.
En las tristezas,
la Eucaristía te llena de alegría.
Te pedimos, Señor, que por la participación en la Eucaristía, puedas
reconocernos como tus seguidores al partir nuestro pan y nuestro amor con los
demás
Amado Jesús, te agradezco por el don de la fe y por abrirme los ojos a la generosidad para no permanecer indiferente ante las necesidades de los demás.
Tú me llamas, para que te ayude a transformar este mundo.
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