“Si permanecéis en mi palabra,
seréis de verdad
discípulos míos;
conoceréis la verdad,
y la verdad os hará libres”
(Jn 8,31-32)
“La verdad os hará libres”.
¡Qué reflexión tan bonita!
Pero, ¿no nos atan demasiado las mentiras, las dudas?
Reconocer el error es el primer paso para corregirse,
dice Ovidio.
La gran equivocación de los contemporáneos de Jesús y la nuestra
es pensar que "nunca hemos sido esclavos".
Éste es nuestro
gran deseo, pero de la mañana a la noche sentimos la presión de la sociedad,
del qué dirán y mil cosas más.
Sólo la verdadera entrega a Jesús nos hace realmente
libres.
• Señor, que sepa actuar teniéndote siempre presente.
• Señor, que sepa actuar teniéndote siempre presente.
Que busque en Ti mi
libertad.
Sólo palabras de amor y compasión tocan el corazón
No podemos juzgar a las personas, porque sólo Dios
puede leer en profundidad sus corazones
“La Palabra de Dios nos ayuda a abrir los ojos para
acoger la vida y amarla, sobre todo cuando es débil.
La Palabra de Dios es una
fuerza viva, capaz de suscitar la conversión del corazón de los hombres y
orientar nuevamente a Dios.
El Espíritu Santo nos guía a realizar un verdadero
camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios”
(Papa
Francisco).
Señor, dame unos ojos capaces de ver la realidad como
novedad. Enséñame la cultura del diálogo, en vez de la cultura del aislamiento.
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