¿Quieres ver a Jesús?

 


"¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?». Y tenía ganas de verlo."
 
(Lc 9,7-9).

Eso es lo que sentía Herodes Agripa respecto de Jesús: "tenía ganas de verlo". Muchos hoy sienten lo mismo, pero como mera curiosidad. Jesús convertido en espectáculo. Sin embargo, los verdaderos discípulos no se quedan en la curiosidad; lo que buscan

¿Por qué quieres ver tú a Jesús?  Quiero seguridades, 
quiero una verdad,  quiero ser de los suyos,  quiero que me toque,  quiero que me mire con compasión,  quiero escucharle y sentir que se abre el corazón.  Me encantaría caminar con Él 
y que me arda el corazón. 
Verle para ofrecerle mis cinco panes y dos peces  y con Él se multipliquen, para que me ponga de pie cuando me siento pequeño.

Que nuestras vidas despierten interrogantes irresistibles significa que llevamos dentro el mismo Espíritu que Jesús. Cuando nos preguntan sobre porqué creemos, o vamos a misa, o leemos la Palabra, en el fondo es que tienen ganas de ver a Jesús. Y nuestras vidas son sacramentos visibles. El que a nosotros recibe, le recibe a Él, si dejamos que sea su amor el que nos anima y mueve.

¿Quién es éste?
Es Jesús, mi Señor, el que camina siempre conmigo.
¿Quién es éste? 
Es Jesús, mi Señor. 
Quiero ir contigo, beber de tu fuente,
respirar al aire de tu Espíritu,
compartir contigo el pan y la palabra, amar como Tú.
 

 
 

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