Loa pequeños
es el
más importante".
(Lc 9,46-50).
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
Sal 130
Nos cuesta reconocerlo, pero el Señor manifiesta su grandeza identificándose con la pequeñez de un niño. Sólo acogiendo al más pequeño podemos acoger al más grande. En un mundo lleno de ambiciones y deseos de ser más que los demás, Jesús nos pide mirar al pequeño para cuidarlo.
El importante para Jesús es el pequeño, Él nos hace importantes ya que nos mira con amor, nos valora como somos, nos da toda la importancia del mundo, somos únicos. No busquemos más reconocimiento o aplauso, somos importantes para Él, siendo pequeños somos únicos para Él.
María enséñanos amar siempre lo humilde y pequeño.
Cuando desee ser importante recuérdame, Jesús, tu Palabra.
Cuando desee ser importante recuérdame, Jesús, tu Palabra.
Dame, Señor, un corazón de niño,
capaz de abandonarme en las Manos del Padre, como Tú.
Que busque más servir, que ser servido.
Que busque más servir, que ser servido.
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