"Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”.

 


 “La multitud lo escuchaba con agrado”. (Mc 12,35-37)

En las palabras de Jesús se revela un rostro que habla de Dios de manera diferente; escuchaban atónitos al descubrirse amados por Dios.

Así nos habla siempre Jesús, con palabras sencillas que todos entienden pues llegan al corazón. Palabras que despiertan, que nos abren los ojos para ver las cosas de otro modo, a la manera de Dios.

En la vida podemos acumular actividades, posesiones, diversiones, comodidad, relaciones, conquistas. Y pueden ocupar tanto, que olvidemos para qué estamos aquí. Jesús con su enseñanza, sus palabras, su cercanía, es el único que puede llenarnos de VIDA y VERDAD.

Ser cristianos no es vivir como maestros, que proclaman el Evangelio desde los estrados. Estamos llamados a andar en medio de la gente y con la gente, para compartir lo que hemos visto y oído

 

Oración para servir

 

Oh Cristo, para poder servirte mejor,

dame un noble corazón

Un corazón fuerte

para aspirar por los altos ideales

y no por opciones mediocres.

 

Un corazón generoso en el trabajo,

viendo en el no una imposición

sino una misión que me confías.

 

Un corazón grande para el sufrimiento,

siendo valiente soldado ante mi propia cruz

y sensible cireneo para la cruz de los demás.

 

Un corazón grande para con el mundo,

siendo comprensivo con sus fragilidades

pero inmune a sus máximas y seducciones.

 

Un corazón grande para los hombres,

leal y atento para con todos

pero especialmente servicial y delicado

con los pequeños y humildes.

 

Un corazón nunca centrado sobre mí,

siempre apoyado en tí,

feliz de servirte y servir a mis hermanos,

¡oh, mi Señor!

todos los días de mi vida.

Amén.

Padre Ignacio Larrañaga


 

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