Sé fuerte y valiente
«Que no se turbe vuestro corazón ni se
acobarde» (Jn 14, 27-31a.)
'La paz os dejo, mi
paz os doy.'
Su paz es la protección que nos deja para vivir en el mundo.
No depende de lo que nos pase externamente, sino de que internamente vivamos en Él.
"Por Cristo, con Él y en Él"
No temáis, Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Su paz es la protección que nos deja para vivir en el mundo.
No depende de lo que nos pase externamente, sino de que internamente vivamos en Él.
"Por Cristo, con Él y en Él"
No temáis, Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
La Paz no es la
ausencia de conflictos, de tropiezos o dificultades.
La Paz es la presencia de Dios en medio de la tensión, el desacuerdo o el enfrentamiento.
Es más profunda que lo que sucede en los acontecimientos o relaciones.
La Paz es la presencia de Dios en medio de la tensión, el desacuerdo o el enfrentamiento.
Es más profunda que lo que sucede en los acontecimientos o relaciones.
La paz que te da el
mundo te aísla de los demás, es un bienestar que te anestesia. Es provisional y
estéril.
La paz del Señor es definitiva, fecunda y contagiosa.
Te hace ir hacia
los demás, crea comunidad, está llena de esperanza porque mira al Cielo.
(Francisco)
Confía, no te dejes
vencer por el agobio, sabes que hay quien siempre va a estar a tu lado.
Busca un apoyo, todo va a salir bien, hay motivos para creer.
Busca un apoyo, todo va a salir bien, hay motivos para creer.
"¡Así que sé
fuerte y valiente!
No tengas miedo ni sientas pánico frente a las nuevas circunstancias, porque el Señor tu Dios, él mismo irá delante de ti.
No te fallará ni te abandonará.
No tengas miedo ni sientas pánico frente a las nuevas circunstancias, porque el Señor tu Dios, él mismo irá delante de ti.
No te fallará ni te abandonará.
La paz que Él nos
da construye nuevas relaciones, todo lo hace nuevo.
Nada de miedos, su paz es para vivir de otra manera este momento de incertidumbre.
El corazón confiado en Él, que siempre acompaña, que siempre nos guía.
Nada de miedos, su paz es para vivir de otra manera este momento de incertidumbre.
El corazón confiado en Él, que siempre acompaña, que siempre nos guía.
Construir la paz es
un trabajo humano necesario e importante.
Pero ante todo, la
paz es un don que se alcanza en la medida en que estamos unidos al Señor. Sin
Dios no se alcanza.
Por eso, para
conseguir la paz, sí tenemos que rezar.
Mi paz os dejo
La paz nos dejas, sí,
pero no la paz cómoda
de los inconscientes,
ni la paz evasiva
de quien no quiere ver.
No la paz vacía
de una noche sin sueños,
o un despertar sin motivos.
Tu paz, cargada de razones
para plantar cara a los ídolos
y abrazar tu evangelio.
Peleada
en mil escenarios
de tribulación,
al batirnos el cobre
contra la duda,
contra la inercia,
contra el insulto
y la indiferencia.
La paz armada
que canta el poeta.
La paz entretejida
de palabra sanadora
y silencio habitado,
de mañanas de encuentro
y tardes de ausencia,
de emoción, cuando hablas,
y preguntas, si callas.
La paz de los que buscan,
en cada día,
la vida entera.
Esa paz nos dejas.
para plantar cara a los ídolos
y abrazar tu evangelio.
Peleada
en mil escenarios
de tribulación,
al batirnos el cobre
contra la duda,
contra la inercia,
contra el insulto
y la indiferencia.
La paz armada
que canta el poeta.
La paz entretejida
de palabra sanadora
y silencio habitado,
de mañanas de encuentro
y tardes de ausencia,
de emoción, cuando hablas,
y preguntas, si callas.
La paz de los que buscan,
en cada día,
la vida entera.
Esa paz nos dejas.
(José María R. Olaizola, sj)
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