Permanecer en el Señor.
“El que permanece
en mí y yo en él, ese da fruto abundante”.
(Jn 15,1-8)
Quizá este confinamiento sea un momento de poda, de dejar
que Dios nos vaya quitando aquello que se ha secado, que no da fruto, que debe
dejar paso a otras cosas, a otras posibilidades, a otras propuestas...
Lo hace con amor.
Lo hace con amor.
Sólo daremos fruto si estamos En Jesús.
El “En” no sólo de estar, sino de permanecer.
De quedarnos En Él.
El fruto será abundante, recibe gloria Dios, y seremos sus discípulos.
El “En” no sólo de estar, sino de permanecer.
De quedarnos En Él.
El fruto será abundante, recibe gloria Dios, y seremos sus discípulos.
“Permaneced en mí, y yo en vosotros”
(Jn 15,4).
Este “permanecer”
no es pasivo, sino activo.
Y es un permanecer recíproco.
“Yo soy la vid, vosotros los sarmientos”
(Jn 15,5).
Nosotros los sarmientos necesitamos la savia, y la vid
necesita los frutos, el testimonio (Francisco)
PERMANECER EN TI
Permanecer en ti, no contigo.
Permanecer en ti y descansar mis latidos.
Permanecer en ti para sentirme vivo.
Permanecer en ti y encontrar mi sentido.
Permanecer en ti porque tengo frío.
Santa María de Fátima, tú que eres consuelo de los afligidos y auxilio de
los cristianos, intercede por tus hijos necesitados.
Pon paz en nuestros corazones violentados.
Pon paz en nuestros corazones violentados.
Enséñanos a ser humildes, a mirarnos como hermanos.
Reúnenos a todos en torno a tu hijo, Jesús.
Busco la verdad, por eso busco a Cristo cada día.
Quiero que su camino sea cada vez más mi camino.
Anhelo vivir con la libertad de Jesús para vivir amando.
Quiero aprender a fijar mis ojos y mi corazón en el Señor, en los pobres, los descartados, los pequeños... en sus preferidos
Quiero que su camino sea cada vez más mi camino.
Anhelo vivir con la libertad de Jesús para vivir amando.
Quiero aprender a fijar mis ojos y mi corazón en el Señor, en los pobres, los descartados, los pequeños... en sus preferidos
PERMANECEREMOS
EN TI, SEÑOR.
En las luchas
y en las penas.
En las
alegrías y en los trabajos.
PERMANECEREMOS
EN TI, SEÑOR.
Con la fe y la
esperanza.
Con la ilusión
y la entrega confiada.
PERMANECEREMOS
EN TI, SEÑOR.
Renovando
nuestro Bautismo.
Aumentando
nuestra caridad.
Desarrollando
nuestros talentos.
PERMANECEREMOS
EN TI, SEÑOR.
Ofreciendo
nuestra ayuda.
Saliendo al
encuentro de los enfermos.
Sonriendo al
que se encuentre triste.
PERMANECEREMOS
EN TI, SEÑOR.
Con tu amor y
con tu auxilio.
Con tu sombra
y con tu poder.
Con tu Palabra
y con tu Eucaristía.
Con tu Iglesia
y con la oración porque Tú permaneces en nosotros:
PERMANECEREMOS
EN TI, SEÑOR.
Amén.
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