Lo que Dios quiere
“¿Es que pueden guardar luto los
amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?”
(Mt
9,14-15)
Estos son los tres pilares que nos ayudaran en nuestro camino
hacia la Pascua:
ORACIÓN, que nos lleva a lo más íntimo del ser, al encuentro con
el amor de quien nos ha creado.
AYUNO, para valorar lo importante, aprender el desapego y buscar lo esencial de la vida.
LIMOSNA, que nos saca del egoísmo, del propio ombligo y nos descubre a Cristo en el pobre.
AYUNO, para valorar lo importante, aprender el desapego y buscar lo esencial de la vida.
LIMOSNA, que nos saca del egoísmo, del propio ombligo y nos descubre a Cristo en el pobre.
La oración
cuaresmal busca la raíz. En ella está el Señor. Al buscarle, mientras avanza la
noche, contacta con las antiguas heridas del alma, colgadas de un estéril
abismo. Y allí contempla al Señor que sana, da calor, abona ternura y nutre sus
fondos con luz y esperanza.
El ayuno
cuaresmal refiere al pobre, amigo y hermano, verdadera presencia de Aquél al
que buscas. Al ayunar de los bienes de este mundo abrasivo y contaminante, desvías
la mirada y la voluntad hacia los excluidos. Así, tu ayuno es dar manos y
corazón, y hacerte uno con ellos.
El verdadero
ayuno es el que nos libera de lo que nos tiene saciados: la comodidad, el
consumismo, el ocio ilimitado, el control, el mal uso de las redes
sociales...Ayunar de lo que nos aleja de Dios y de los demás.
Si nuestro
ayuno cuaresmal no se limita solo a la privación de comida o de cosas, sino que
lo llenamos con la escucha de la Palabra de Dios y con obras de misericordia,
apresuraremos, con nuestra conversión, la venida de Cristo, el Esposo.
Ayunar no es
para que Él nos quiera más. No hay que hacer cosas para que Él nos quiera, nos
quiere como somos. Su amor es para todos. Ayunamos para que no haya nada ni
nadie que ocupe el sitio que tenemos reservado para Él.
No mires
tanto lo que hacen los demás. Tú cumple, y serás feliz por la cercanía de
Jesús, siempre a tu lado
*EL MEJOR AYUNO*
¿Te animas a ayunar en esta cuaresma?
• Ayuna de palabras hirientes y transmite palabras
bondadosas
• Ayuna de descontentos y llénate de gratitud
• Ayuna de enojos y llénate de mansedumbre y de paciencia
• Ayuna de pesimismo y llénate de esperanza y optimismo
• Ayuna de preocupaciones y llénate de confianza en Dios
• Ayuna de quejarte y llénate de las cosas sencillas de
la vida
• Ayuna de presiones y llénate de oración
• Ayuna de tristezas y amargura y llénate de alegría el
corazón
• Ayuna de egoísmo y llénate de compasión por los demás
• Ayuna de falta de perdón y llénate de actitudes de
reconciliación
• Ayuna de palabras y llénate de silencio y de escuchar a
los otros
Si todos intentamos este ayuno, lo cotidiano se llenará
de:
PAZ, CONFIANZA, ALEGRÍA Y VIDA
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