"A la otra orilla",
“¿Quién es este?
¡Hasta el viento y el mar lo
obedecen!"
(Mc 4, 35-41)
La barca de nuestra vida se tambalea por tempestades de miedo, olas de desconfianza, y nos inunda el agua de lo que nos rodea. Sólo desde la fe podemos escuchar la voz de la esperanza, la fe y la calma.
Deberíamos vivir sin miedo... seguros de que Dios se ocupa de nuestras cosas
¿Cuándo aprenderemos a fiarnos -de verdad- De Dios?
Despertémosle en nuestra vida, escuchemos una vez más que no debemos tener miedo, que está con nosotros, que no abandona a los que ama. Nos dará las fuerzas para vencer dudas, miedos, oscuridades. Él no falla nunca.
Pasemos "a la otra orilla", saliendo de nosotros mismos al encuentro del otro. Jesús, que conoce nuestros miedos y nuestra falta de fe, viene con nosotros en la barca y su amor es más fuerte que nuestras tormentas y tempestades. ¡Invoquémoslo!
Creemos en Dios,
creador de la vida,
quien sostiene lo
creado y lo guarda de la destrucción;
que nos manda a trabajar, mantener y enriquecer la creación;
que nos manda a trabajar, mantener y enriquecer la creación;
que nos llama a una
vida
obediente, sirviéndole, en medio de la gente;
obediente, sirviéndole, en medio de la gente;
que nos guiará en
medio de los conflictos de este
mundo; que por su Espíritu Santo congrega a los cristianos
mundo; que por su Espíritu Santo congrega a los cristianos
y sostiene a su
Iglesia y la renueva
para que sea una comunidad ejemplar entre los hombres;
para que sea una comunidad ejemplar entre los hombres;
que en Jesucristo
nos salva; que
en él nos muestra la persona nueva,
en él nos muestra la persona nueva,
que ama y vive por
los demás sirviendo hasta el sacrificio;
que no tolera la injusticia ni la hipocresía
que no tolera la injusticia ni la hipocresía
y nos libra de caer
en ellas; que nos juzga y nos corrige;
que levanta:
personas en todas las épocas
para luchar por un
mundo de amor, justicia y paz; que nos
libra del odio en medio de la lucha;
libra del odio en medio de la lucha;
que cada día nos
anticipa la esperanza
de su reino de
amor, que viene. Amén.
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