Acerquémonos



“Contigo hablo, niña, levántate” (Mc 5, 21-43)


Nunca te rindas por mal que estén las cosas.
Todo puede cambiar en un instante.
Aunque parezca que el mal domina el mundo, no tiene la última palabra. 
Apuesta siempre por el bien, por amar aunque el odio te rodee.
Por estar en paz y llevar paz donde hay violencia.
Ama y confía.

«Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad»

Jesús está al lado, está cerca, toca, levanta, acoge, habla... con ellas, con las que la sociedad desprecia, no valora, margina o echa fuera. 
Las quiere a su lado, las llena de dignidad, de vida.

¡Qué distinta sería nuestra vida si pasáramos por ella de verdad con Fe!

Cuando confías se hace realidad lo que parecía imposible. 
No importa lo que otros piensen o digan, ten fe en que todo va a salir bien.

Jesús es la fuente de la que brota la vida, la paz, el gozo y la alegría que anhelamos. 
Acerquémonos a Él sin miedo y dejémonos tocar por su amor y su gracia.

Tú, Señor, has compartido con nosotros lo que trajiste a esta tierra: el amor del Padre, su gloria su vida divina, una verdad, que es la auténtica verdad de toda verdad.
Nos has dado todo lo que el Padre te dio: la participación en la naturaleza divina, la filiación, el Espíritu Santo, la vida eterna.
Lo aceptamos, estamos dispuestos a ser infinitamente más que un nuevo hombre: un hijo de la eternidad, un hijo de Dios, heredero de la promesa, tu hermano, templo de tu Espíritu, reales sacerdotes que alaban al Padre y hacen retornar el mundo a su Creador como alabanza, trabajadores en tu viña, testigos de tu verdad, adoradores en espíritu, anunciadores de la luz que brillan, según las palabras de tu apóstol, como estrellas en medio de una generación mala y pervertida. 
Karl Rahner, 1904-1984



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