Autenticidad


"Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado" 
(Mc 6, 14-29)

A la mentalidad relativista y mundana le estorba y le incomoda la verdad... Al discípulo de Jesús, la verdad le hace libre y le capacita para amar incondicionalmente y servir a los hombres hasta el final.
El martirio es señal de autenticidad, de búsqueda de verdad y de bien. Resulta incómoda y molesta la transparencia para quienes buscan quedar bien, acomodarse en sus puestos de poder, y decir palabras bonitas pero vacías de comprensión, cercanía y comunión.
Buscar siempre la coherencia entre decir y hacer. Dar testimonio de la fe con obras. En la vida cotidiana, amar, servir, sembrar el bien, aceptar compromisos solidarios... Nada hay oculto que no salga a la luz, y la verdad, se abre paso. El amor no es estéril. Dará fruto.
Lo que no se demuestra con argumentos, con palabras cargadas de buenas razones, se muestra con cariño, siendo atento, servicial, perdonando, conciliando, buscando el bien del otro, ayudando, acompañando, escuchando... Dios es amor. Amor que actúa, que se hace presente cada día.

ORACIÓN DE UN MISIONERO MÁRTIR
Que mis manos sean las tuyas.
Que mis ojos sean los tuyos.
Que mi lengua sea la tuya.
Que mis sentidos y mi cuerpo
no sirvan sino para glorificarte.
Pero sobre todo: transfórmame:
¡Que mi memoria, mi inteligencia,
mi corazón, sean tu memoria,
tu inteligencia y tu corazón!
¡Que mis acciones y mis sentimientos,
sean semejantes a tus acciones y
a tus sentimientos!
Amén
Juan Gabriel Perboyre – (Patrono de Oceanía)





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