Elegir a Cristo
"El que pierda su vida por mi causa la salvará"
(Lc 9, 22-25)
Vivir también implica sacrificarse por aquello en lo que crees.
¿Estás dispuesto a aceptar tu cruz?
¿Estás dispuesto a aceptar tu cruz?
La cruz no es sólo la apariencia de dos maderos que se cruzan.
En cada una de sus astillas hay un nombre, una situación, un momento de dolor y dificultad.
La cruz es la señal que nos despierta.
El gesto que nos invita a seguir.
El distintivo de todo amor.
Frente a vivir para nosotros mismos, buscando el placer efímero de lo inmediato y rechazando aquello que nos incomoda, Jesús nos propone su forma de vivir y de amar, aceptando la voluntad del Padre y saliendo al encuentro del otro; un amor que vence a la muerte.
'Perder la vida por su causa'. Su causa es la de los que no tienen nada, la de los que piden justicia, la de los que 'están fuera' por alguna razón que no valora su dignidad. Perder la vida para el mundo es darse, para Él un gozo.
Negarse a sí mismo: renunciar al ser el centro de la propia vida y aceptar los valores del Reino.
Tomar la cruz de cada día.
Identificarse con Jesús y su mensaje. Acogerle en el otro, en el pobre y oprimido, en quien carece de paz y libertad, en el hambriento de pan y de sentido
Tomar la cruz de cada día.
Identificarse con Jesús y su mensaje. Acogerle en el otro, en el pobre y oprimido, en quien carece de paz y libertad, en el hambriento de pan y de sentido
Elegir a Cristo es elegir la vida. Vida entregada en amor y servicio que se llena de sentido. Hacer que la vida crezca. Dar vida. El Creador se manifiesta en su creación y sus criaturas. Somos semejantes a Él, seamos colaboradores suyos, creadores de vida en abundancia
Señor, estoy dispuesto a seguirte por este camino hermosísimo de ser cristiano. Ante todo lo que tú has hecho por mí, no encuentro otro camino para corresponderte que rendirme a tus pies para aprender de ti, para vivir lo que tú viviste.
Quiero seguirte,
tener una buena relación contigo,
creer en ti…
¡Pero todo esto tiene un precio!
Cuesta decir no a muchas cosas
que yo pensaba que me iba a dar felicidad,
para dejarte espacio a ti, a tu Evangelio,
a tu presencia que llena de luz y de belleza
el corazón cada día.
Cuesta, pero a pesar de todo, confío en ti.
tener una buena relación contigo,
creer en ti…
¡Pero todo esto tiene un precio!
Cuesta decir no a muchas cosas
que yo pensaba que me iba a dar felicidad,
para dejarte espacio a ti, a tu Evangelio,
a tu presencia que llena de luz y de belleza
el corazón cada día.
Cuesta, pero a pesar de todo, confío en ti.
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