Llevando la paz...
“La mies es abundante y
los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies
que envíe obreros a su
mies.
¡Poneos en camino!”
(Lc 10, 1-9)
Todos estamos
invitados a ser las manos De Dios aquí en la tierra. Y podemos aceptar la
invitación, o no.
Nos ponemos
en camino para ser nosotros aquí, hoy y ahora, anunciando el evangelio al
vivirlo y hacerlo nuestro, serán nuestros gestos y palabras los que anuncien y
muestren al que nos envía, al que se hace Camino para nosotros
Ponerse en
camino, salir de nosotros mismos, abrir nuevas sendas, soñar un nuevo mundo,
transmitir palabras valiosas, mostrar un vivir diferente. Estas son las raíces
cristianas, estas las raíces de Europa. Si olvidamos de dónde venimos, no
sabremos a dónde vamos.
Es con nuestra
vida, la mayoría de las veces, y con nuestra palabra, en ocasiones, como
podemos decir al mundo que se puede vivir de otra manera. Hacen falta testigos,
personas que sean modelos de vida para otros. Porque el Espíritu del Señor está
sobre cada uno de nosotros. Y Él nos hará “luz de los gentiles”.
Hoy es
un buen día para pedir al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Que
buena falta hace. Recemos por las vocaciones a la vida religiosa y al
sacerdocio. Para que sean muchas y santas, y sigan llevando al mundo entero el
Mensaje de Jesús.
Como en los
primeros siglos, renunciar a las propias seguridades afectivas, ideológicas o
materiales, y salir a anunciar al mundo el Evangelio del amor, la paz, la
verdad, la justicia, la vida y la libertad, sigue siendo revolucionario.
Jesús, sólo
llevándote en mi corazón podré transmitir tu paz, tan necesaria en el mundo
convulsionado por la violencia y la inseguridad. Por intercesión de los santos
Cirilo y Metodio, concédeme que todos mis pensamientos, palabras y obras
siembren la paz.
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