La mayor felicidad
«Quien quiera ser el primero,
que sea el último de
todos»
(Mc 9, 30-37)
El primero es quien hace de su vida servicio generoso con el anonimato de la verdad que transforma sin ser publicitada. En el servicio el lugar preeminente lo ocupa el otro, sobre todo aquel necesitado de ayuda, dignidad y justicia.
Medimos la importancia en sentido cuantitativo. Tener, saber, poder son las claves del éxito, del reconocimiento, del prestigio. La medida de Dios nos enseña que lo importante no es nuestra conquista, sino la gratitud, y eso sólo se mide por lo pequeño.
Pidamos a Nuestro Señor Jesucristo ser siempre siervos suyos a través del servicio a nuestro prójimo,que nunca nos dejemos arrastrar por figurar,ni ser los primeros, porque en la humildad y el servicio es como servimos verdaderamente al Señor.
Gracias, Señor, por
haberme llamado
a servir
gratuitamente,
a dar mi tiempo, mis energías
a dar mi tiempo, mis energías
y mi amor a quienes
sufren.
Aquí estoy, Señor, envíame.
Dispón mi mente y mi corazón
Aquí estoy, Señor, envíame.
Dispón mi mente y mi corazón
a escuchar sin
prejuicios,
a servir hasta las últimas consecuencias.
Envíame, Señor, a pesar de que yo también soy débil
así comprenderé que eres tú nuestra fuerza,
y mis hermanos descubrirán tu rostro
a servir hasta las últimas consecuencias.
Envíame, Señor, a pesar de que yo también soy débil
así comprenderé que eres tú nuestra fuerza,
y mis hermanos descubrirán tu rostro
en mi presencia
discreta.
Envíame, Señor, y así comprenderé
Envíame, Señor, y así comprenderé
que la mayor
felicidad está en servirte.
Amén.
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