Seamos constructores del bien.
Vuestra tristeza se convertirá en alegría
(Jn
16,20)
Los evangelios hablan de diversos ciegos que, gracias a la
palabra y a la acción de Jesús, tuvieron una visión clara del sentido de la
vida y siguieron al Maestro o dieron de él un testimonio valiente.
El tiempo
pascual invita a despertar en nosotros lo que Pablo llama «la mirada interior del
corazón» que lleva a reconocer que Cristo es el Viviente, que no deja nunca de
acompañarnos; que es fuente de nuestra alegría, incluso en horas de
sufrimiento.
- Señor Jesús, que el sufrimiento del mundo no nos haga
caer en desánimo o pesimismo.
Que, con corazón gozoso, seamos constructores del
bien.
“Quienes disfrutan más y viven mejor cada momento son los
que experimentan lo que es valorar cada persona y cada cosa, aprenden a tomar
contacto y saben gozar de lo más simple” (LS 223).
En contraste con el mundo, cuya alegría refleja la
satisfacción por su aparente victoria, existe otra alegría más profunda y
solidaria.
Cantar es propio de los que aman.
¿Te ha dado tu trabajo la
oportunidad de integrar la contemplación y la acción?
¿Te imaginas promoviendo estos
valores entre los demás?
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