El valor de la fe y la oración,
“Cuando os pongáis a orar,
perdonad lo que tengáis
contra otros”
(Mc 11,25).
Estamos en la última
etapa del evangelio de Marcos:
la presencia y enseñanza de Jesús en Jerusalén,
donde ha entrado después del paso por Jericó.
El panorama no es
nada optimista:
la ciudad, representada por la higuera,
no ha producido los
frutos que Dios esperaba de ella.
El templo ha dejado
de ser el lugar de encuentro con Dios,
y crecen las amenazas a su enviado.
Con todo, Jesús no
deja de anunciar su mensaje,
hoy sobre el valor de la fe y la oración,
con
palabras que recuerdan el Padrenuestro.
¿Qué puede ser una
oración sin perdón?
Algo así, como comer
sobre indigesto.
Esta noche, antes de
orar,
perdona a los que te hayan hecho mal.
¡Cómo se limpia
mi corazón cuando me perdonas!
Y cuando yo perdono,
¡cómo se alegra tu corazón, Señor!
- Ayuda, Señor,
a nuestras comunidades cristianas
a ser
testigos del Evangelio en todas las situaciones.
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