Caminar hacia la verdad.
"Que todos sean uno"
(Jn 17,21)
Las dos lecturas de hoy (Hch 20,28-36; Jn 17,11-19)
son palabras de despedida, en ambiente de oración y con notables semejanzas.
Pablo dice: «Ahora os dejo en manos de Dios y de su
palabra, que es gracia».
Jesús pide al Padre: «Santifícalos en la
verdad: tu palabra es verdad».
Ambos
se refieren a saber acoger en el corazón la palabra de Dios, que es camino para
conocerlo y vivir en comunión con él, para caminar hacia la verdad, para
recibir su gracia.
- Gracias, Señor Jesús,
por decirnos y pedir que caminemos
hacia la plena
comunión contigo y con el Padre.
Que nos comprometamos, como tú,
a hacerlo visible cada
día.
El Padre nos regala hermanos y hermanas para hacer el camino en compañía.
Jesús
nos desvela la dignidad y belleza de los pequeños de la tierra.
El Espíritu nos desafía a ver si somos
capaces de ver en la creación la huella de Dios.
Acoge hoy los dolores y gozos de los pueblos
de los que hablan los medios de comunicación.
Son mucho más que una noticia pasajera.
Tú, todo lo has
dejado vestido de hermosura.
Perdona que
a veces no lo sepa descubrir.
Perdona que la suerte de los pobres me sea indiferente
“Todo está conectado. Por eso se requiere una preocupación
por el ambiente unida al amor sincero hacia los seres humanos y a un constante
compromiso ante los problemas de la sociedad” (LS 91).
No hay tiempo que perder.
Las tareas que nos pone delante el
Espíritu son muchas:
La íntima relación entre los pobres y la fragilidad del
planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al
nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la
invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor
propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de
debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política
internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo
estilo de vida.
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