El sendero del servicio
“El que quiera ser grande, sea vuestro servidor”
(Mc 10,43).
Jesús va a Jerusalén a dar la vida.
Los discípulos van a
Jerusalén
con pretensiones de acumular poder y dominio.
El contraste es evidente.
En el camino hacia Jerusalén
«Jesús se les adelantaba»,
mientras que los discípulos
«iban asustados».
Eso es la imagen de una comunidad
que no se atreve a seguir totalmente
a Jesús y su Evangelio,
que no tiene el
coraje
de hacerse servidora de los demás
y de vivir en su interior una
auténtica fraternidad.
Esta enfermedad espiritual
sólo se cura fijando en Jesús
la mirada y el corazón
y experimentando que este camino
es el único que conduce
a la vida nueva de la resurrección.
Recorre este día el sendero del servicio.
Recorre este día el sendero del servicio.
No es muy transitado,
pero conduce a un bellísimo
paisaje.
Cada noche me preguntas:
¿Serviste hoy?
Y yo, sin decir nada,
te muestro el delantal,
abro mis
manos ante Ti.
- Señor Jesús,
que la certeza de que
caminas con nosotros
y delante de nosotros
nos haga perder el miedo de
seguirte.
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