Nos mandas a sembrar
«Venid en pos de mí
y os haré pescadores de hombres»
(Mt 4, 18-22)
Hoy, San Andrés apóstol.
Conoció a Jesús antes que su hermano (san Pedro) y lo
llevó a Él.
Urge dejarlo todo cuando quien llama es el Todo que da
sentido a tu existencia
Una vez que conoces al Señor la vida cambia.
De redes de pescar a crear redes de encuentro y vida,
deja las que atrapan para cambiarlas por las que liberan y dan vida, las que
nos hacen y ayudan a ser quien somos
Sígueme.
No te preocupes.
Conozco tu debilidad.
Cuento con ella para hacer grandes cosas.
Tú solo, sígueme.
Yo haré el resto.
Oración del
misionero
Señor, cuando nos
mandas a sembrar,
rebosan nuestras
manos de riquezas;
tu palabra nos
llena de alegría
cuando la echamos a
tierra abierta.
Señor, cuando nos
mandas a sembrar,
sentimos en el alma
la pobreza:
lanzamos la semilla
que nos diste
y esperamos
inciertos la cosecha.
Y nos parece que es
perder el tiempo,
este sembrar en
insegura espera.
Y nos parece que es
muy poco el grano
para la inmensidad
de nuestras tierras.
Y nos aplasta la
desproporción
de tu mandato
frente a nuestras fuerzas,
pero la fe, nos
hace comprender,
que estás a nuestro
lado en la tarea.
Y avanzamos
sembrando por la noche
y por la niebla
matinal. Profetas
pobres, pero confiados
en que Tú
nos usas como
humildes herramientas.
Gloria a ti, Padre
Bueno, que nos diste
a tu Verbo, semilla
verdadera,
y por la gracia de
tu Santo Espíritu
la siembras con
nosotros en la Iglesia.
Hno. Fermín Gainza
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