De los nuestros




"El que no está contra nosotros 
está a favor nuestro" 
(Mc 9, 38-43. 45. 47-48)

*Es Domingo*
¡Qué fácil es apegarnos a nuestros antojos!
Tengamos la mirada en el futuro: si ganamos el mundo entero, pero perdemos nuestra alma, lo hemos perdido todo.
*Comparte tu Fe*

Jesús no excluyó a nadie, sino que acogió a todos.
Sintámonos hermanos de quienes, bajo cualquier fe o ideología, se dedican a hacer el bien.
El Reino de Dios es para los pobres de espíritu, los mansos, los limpios de corazón, los perseguidos, los que trabajan por la paz...

Los que seguimos a Jesús de Nazaret hemos de tener el corazón abierto el mundo.
La diversidad es riqueza.
Las diferencias no son amenazas ni tienen por qué generar violencia.
Sí lo hacen la marginación y la pobreza extrema, los dogmatismos, los prejuicios, las condena


Ni las personas ni el mundo son tan malos como a veces los pintamos, ni nosotros ni nuestra vida somos tan buenos como nosotros aparentamos.



La obra es del Señor, nosotros siervos humildes que piden su Espíritu para realizar la tarea encomendada...
¡Fuera fronteras, limitaciones!
¡Fuera escándalos!
Fidelidad a la tarea del Reino con y desde muchas horas de rodillas a las espaldas y el corazón rezando.

Que no te importe
«Que no te importe perder una mano si participas del Reino, que no te importe perder un ojo si participas del Reino, que no te importe perder una hora de sueño si participas del Reino, que no te importe perder algo de dinero si participas del Reino, que no te importe perder algo de tiempo si participas del Reino».

Cambiar, convertirnos... para que todo conduzca a Él, pase por Él, lleve a Él. 
Lo que somos y hacemos que lo muestre, que lo haga presente en la vida, que lo anuncie, que lo acerque a este mundo.


¡Te damos Gracias, Señor, por los dones y cualidades que Tú nos regalas cada día!
Gracias por enseñarnos a diario las actitudes y acciones necesarias
para ser tus seguidores, y advirtiéndonos siempre,
de los peligros que nos alejan de Ti y que nos impiden alcanzar tu Salvación.
Te pedimos que, ayudados de tu Misericordia, nos hagas ser coherentes
con el estilo de vida que Tú nos muestras,
y que nos enseñes a vivir en consecuencia
nuestra respuesta cristiana al seguimiento de tu llamada,
realizando fielmente nuestra misión particular en la Iglesia y en el mundo.
Danos, Señor, la humildad necesaria para ser buenos discípulos tuyos,
y no permitas que nada ni nadie nos alejen jamás de Ti
ni del Amor que Tú nos das. 
AMÉN.


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