Ir al contenido principal

A la manera de Dios




"Amad a vuestros enemigos" (Lc 6,27)

El Evangelio es la revolución del amor y la ternura, del perdón y la misericordia.
Remueve las raíces del ser y lo sana.
Es la cura a la mediocridad en la que vivimos.
Hay que bañarse cada día en el agua luminosa de la Palabra.

La Palabra hoy es difícil pero esencial.
Amar a los enemigos, perdonar sin rencor, bendecir, orar por ellos, ser compasivo, no juzgar... Es decir, ser un constante muro de contención del mal, de la violencia.
Irradiar siempre el bien en cualquier situación.

"No juzguéis y no seréis juzgados. No condenéis y no seréis condenados".
Rescátame del círculo del juicio que levanta con orgullo alguna piedra.
Rescátame, Señor, que yo no soy mejor.

Jesús, contundente, rasca en lo más sagrado, en nuestras heridas.
Clama:
"Amad a vuestros enemigos".
Y grita crucificado:
"Padre, perdónales, que no saben lo que hacen".
Desconocemos el secreto de los que gritan, porque aman incondicionalmente.
"Si conocieras el don de Dios".

Amar sin esperar amor a cambio.
Con generosidad, libremente.
Sólo de esta manera lograremos algo.
Amar al enemigo, aunque con llanto.
Con magnanimidad, conscientemente.
Sólo de esta manera lograremos algo.
Ésa es la respuesta a todo:
“A la manera de Dios”.

¿Te sorprende esta palabra? 
¿Qué provoca en tu interior?
¿Ensancha los límites de tu tienda? 
Así es Jesús: capaz de ir a por todas, sin buscar apaños, provocador desde la radicalidad, signo. 
¿Qué haces?
¿Te lanzas a un amor gratuito y desinteresado, para parecerte a Dios? 
¿Te pones a amar con un amor sin distinciones, incluso a los enemigos?

La nueva civilización del amor no será posible mientras las viejas heridas sigan doliendo. 

Señor, ayúdanos a amar a los enemigos,
a hacer el bien a los que nos odian,
como tú nos amas a nosotros, cuando no lo merecemos.

Señor, enséñanos a bendecir a los que nos maldicen

y a orar por los que nos injurian,
como tú nos bendices y acompañas cuando nos alejamos de ti.

Que la generosidad con la que tú nos tratas transforme nuestro egoísmo,

para tratar a los demás, no como merecen, sino como necesitan;
no como ellos nos tratan, sino como tú nos tratas.

Señor, que seamos compasivos como tú, Padre nuestro,

eres compasivo con nosotros y con todos tus hijos. Amén.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

Santa Teresa de Calcuta

UN ÁNGEL EN LA TIERRA   SEÑOR ENSÉÑANOS A AFRONTAR  LAS LUCHAS DE LA VIDA DIARIA “Señor crucificado y resucitado, enséñanos a afrontar las luchas de la vida diaria, para que vivamos en una mayor plenitud. Tú has acogido humilde y pacientemente los fracasos de la vida humana, como los sufrimientos de tu Crucifixión, así pues, ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada jornada como ocasiones para crecer y asemejarnos más a Ti. Haznos capaces de afrontarlas pacientemente y con coraje, llenos de confianza en tu apoyo”. (Santa Madre Teresa de Calcuta) "Líbrame, Jesús mío, del deseo de ser amada, del deseo de ser alabada, del deseo de ser honrada, del deseo de ser venerada, del deseo de ser preferida, del deseo de ser consultada, del deseo de ser aprobada, del deseo de ser popular, del temor de ser humillada, del temor de ser despreciada, del temor de sufrir rechazos, del temor de ser calumniada, del temor de ser olv...