Premio al seguimiento.
Hoy celebramos a San
Benito, abad, patrono de Europa. Nacido cerca de Nursia (480), se retiró a
Montecassino, de donde proviene su Regla que se siguió por toda Europa
(benedictinos): «Tenemos que establecer una escuela del servicio divino. Que
no antepongan nada absolutamente a Cristo». En el capítulo IV, en los "instrumentos
de las buenas obras", podemos encontrar buena parte de las "Obras
de Misericordia". El abad, tiene que ser "desinteresado,
sobrio, misericordioso y siempre tiene que prevalecer la misericordia sobre la
justicia". Pablo VI lo declaró Patrón de Europa (1964).
Cuando Jesús invitaba a los discípulos a dejar todo para
seguirle, era para formar una nueva comunidad fundamentada en los valores del
Evangelio.
Y para ser signo de que es posible empezar a vivir el Reino. San
Benito y las familias de monjas y monjes que siguen su camino hace quince
siglos, nos hablan con su vida.
E invitan a escuchar la sabiduría, a encontrar
el conocimiento de Dios, a valorar la oración, el trabajo, la vida comunitaria,
la acogida fraterna, el compartir los bienes materiales y espirituales.
- ¡Gracias, Señor, por el testimonio de las monjas y monjes entre nosotros!
Gracias, Padre, por la recompensa que Jesús promete al que
lo sigue en pobreza generosa.
Danos un corazón de pobres, vacíos de todo, para recibir
centuplicada la riqueza de tu Reino, de tu amor, de tu gracia y de la vida
eterna.
Seguir a Jesús es camino alegre de liberación. Haz, Señor, que sepamos vivir libres con
Cristo, despojándonos de todo para ganar el Reino y la vida. Tú que haces posible lo que al hombre es
imposible, danos tu Espíritu para llevar a cabo esa tarea, ordenando la vida en
función de los valores del Reino.
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