La nueva familia de Jesús.
“El que cumple la
voluntad de mi Padre del cielo,
ése es mi hermano y mi hermana y mi madre”
(Mt
12,50).
Hoy la palabra de Jesús es alabanza a todos los que quieren
ser discípulos y hacer la voluntad del Padre: ¡somos su familia!
Jesús amaba con todo el corazón a su madre y
a los suyos. Sin embargo, nunca se deja
encerrar en los muros de la familia.
Jesús
tiene una familia más amplia, abierta a todos.
“Señor no dejes que
nuestras familias, nuestras comunidades
y nuestros grupos se encierren en sí mismos.
Concédenos amar como tú a
los más cercanos y a los que no son de nuestra sangre”.
Para formar parte de la familia de Jesús es preciso cumplir
la voluntad del Padre.
En esta familia María sobresale como la primera discípula,
dispuesta a hacer en todo momento la voluntad del Padre de los cielos.
María fue la criatura que mejor cumplió la voluntad del
Padre, por eso es de la familia de Jesús por partida doble: por ser la mujer
que lo acogió en sus entrañas y lo dio a luz y por vivir siempre de acuerdo con
la Palabra del Padre
“Gracias Jesús por
acogerme en tu familia”
“Virgen María,
enséñame a cumplir la voluntad del Padre”
Madre, ayúdame a ser libres como Tú para poder cumplir la voluntad de
Dios.
Así viviré como miembro de la familia de los hijos
de Dios.
Esa familia que nace de la iniciativa de Dios y que
nos lleva a todos a tener un mismo corazón.
Por eso cumplir la voluntad del Padre es el mayor
bien de los hombres.
Nunca podemos olvidar el clima de familia y confianza mutua
que debemos cultivar y construir en la Iglesia.
- Gracias, Señor
Jesús, por considerarnos de tu familia. Ayúdanos a sabernos tratar dignamente
como hermanos y hermanas.
La nueva familia de
Jesús está abierta a la humanidad entera.
Con los que aceptan un compromiso semejante al suyo, Jesús estrecha
lazos de intimidad.
Pregúntate ¿cuál es tu relación con los miembros de tu comunidad
cristiana?
¿Los sientes como hermanos y hermanas?
Cuando hago mías voces
que antes no lo eran, cuando miro con simpatía a los que encuentro en el
camino, mi corazón se va pareciendo al tuyo, Señor.
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