La presencia del Espíritu.
“No seréis
vosotros los que habléis,
el Espíritu de vuestro Padre
hablará por vosotros”
(Mt 10,20).
Jesús nos envía "como ovejas entre lobos".
He
aquí un gran reto: no caer jamás en la tentación de actuar como
"lobos".
Tal vez sólo sea posible creyendo que la fuerza de
evangelio, la fuerza del amor, es capaz de cambiar incluso a los
"lobos".
Debemos saberlo traducir en la vida diaria: en las
relaciones laborales, políticas o económicas, en el diálogo con personas de
otra cultura o religión.
Incluso con los que no aceptan el diálogo.
- Señor Jesús:
vivir como oveja entre lobos te costó la vida.
Que no renunciemos a ser
discípulos
cuando encontremos dificultades.
Jesús advierte de los peligros a sus discípulos:
Les
consuela con la presencia del Espíritu
que siempre fortalecerá sus corazones.
La tarea del evangelio es hermosa
pero entraña dificultades.
Los misioneros necesitan beber cada día
pero entraña dificultades.
Los misioneros necesitan beber cada día
en las fuentes del consuelo.
Alienta a los misioneros
que conoces.
Muéstrales tu cercanía.
Callaré y tú,
Espíritu,
hablarás en mí el lenguaje de la paz y del amor.
Que María,
Madre del monte Carmelo,
Virgen del Carmen,
la mujer prudente y sencilla,
nos introduzca
en la escuela
de la Mansedumbre y la humildad del Corazón de Jesús.
Comentarios
Publicar un comentario