Jesús llamó, Jesús envió.
“Id y proclamad que el reino de los cielos está
cerca”
(Mt 10,7).
El evangelio de
hoy tiene dos movimientos:
"Jesús llamó", "Jesús envió".
Jesús llama y
envía a curar heridas y expulsar malos espíritus que atormentan al ser humano.
La llamada destaca la formación de una
comunidad: no hay evangelización sin comunidad que se deje evangelizar y
comparta la vocación de vivir haciendo el bien y ayudando a la liberación del
mal.
El envío recuerda
que la comunidad está siempre en camino para anunciar "que ha llegado el
reino de los cielos": es lo que aprende en contacto con Jesús.
También ésta es
la hora de la misión, un momento de gracia para alentar, renovar y emprender
con nuevo ánimo nuestro compromiso misionero.
Comparte tu fe
con los que te rodean; no escondas la luz.
- Señor, tú nos llamas y nos envías.
Ayúdanos a ser comunidades
de verdaderos discípulos y
auténticos misioneros.
Con gozo escucharé cada día tu mandato, Jesús.
Con gozo anunciaré tu Evangelio.
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