Vida abundante


 
"Yo y el Padre somos uno". 
 (Jn 10, 22-30).

La resistencia a creer de los judíos por necesitar pruebas, no es algo del pasado. Si no hay una disposición a acoger la palabra de Jesús y de reconocer sus obras, no es posible la fe. Creer es un don, pero también precisa de nuestra escucha y seguimiento.

¡Oídos atentos!: Jesús, Buen Pastor viene a nuestro encuentro, para guiarnos por las verdes praderas con sabor a Eternidad. ¿Has aprendido a reconocer sus Palabras de Vida?

Jesús, como buen pastor, nos apacienta, busca, cuida, fortalece y cura nuestras heridas. ¡Son sus obras de amor y Palabras de vida eterna! Nos toca: reconocer su voz y seguirlo para alcanzar la vida eterna.


Ojalá escuchemos hoy la voz de Dios, porque entraríamos en su descanso. Eso quiere el Buen Pastor: "Venid todos los que estáis cansados y agobiados que os aliviaré". Seguirte es aprender a ver la realidad de una manera nueva. Iluminar todo lo que nos pasa con una nueva luz. Y compartir la Vida Eterna, la Vida Abundante que comienza aquí.

"Yo les doy la vida eterna". Aunque ande perdido, sin rumbo, sin sentido, Él siempre caminará a mi lado, guiándome, alentándome... No tengo miedo porque vas junto a mí. Cuando caigo, me levantas, cuando tropiezo, me vuelves a poner en pie, cuando muero, me devuelves a la vida...

Que nuestras obras nos declaren y hablen por nosotros. Que ellas digan que Jesús vive en nosotros y nosotros en el Padre

Jesús nos abre su corazón para decirnos la relación honda que vive con el Padre, es la Fuente de Amor que derrama sobre la humanidad. Jesús actúa siempre a favor del ser humano. Su actividad liberadora es la del Padre mismo. Sus obras dan testimonio de lo que lleva en el corazón.

Afina mi oído para escuchar tu voz y seguirla y hacer caso omiso a otras voces que intentan desviar mi camino de tus huellas.

 


Señor Jesús,

Que Tú seas mi Pastor,

nuestro Pastor,

que no busque otros pastores

Que me guíen en mi vida.

Señor que conozca tu voz,

Tus maneras de hacer,

Que te siga de cerca,

Que sea una buena oveja.

Señor Jesús,

Porque así lo has querido;

Siendo Tú el único Pastor universal,

siendo Tú nuestro Pastor…

nos has escogido para que,

siguiendo tus pasos,

seamos pequeños pastores

 de unas ovejas.

Dame tu Espíritu, Señor,

Para seguirte como familia de tu misma familia,

Para imitar tu entrega generosa.

Para vivir ilusionado el camino

Que conduce al amor.

¡Gracias, Pastor bueno! 


 

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