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Es el Señor

 


«Echad la red a la derecha de la barca 
y encontraréis.» 
(Jn 21, 1-19)

Encuentros de Pascua: escuchar, reconocer, confiar, amar, seguir...y obtener la vida en abundancia.

Cuando en la vida tenemos las redes vacías, no es el momento de autocompadecernos, de divertirnos, de volver a los viejos pasatiempos. Es el momento de ponerse en camino con Jesús, de hallar el valor de recomenzar, de navegar mar adentro con Él.

Cuantos proyectos empezamos desde la autosuficiencia. Cuantas veces acabamos desolados y vacíos. La resurrección supone reconocer que sin tí no podemos tener fruto. Y necesitamos una humildad que nos haga obedecer.


 

Necesitamos confiar más en los que nos rodean, y por supuesto en Jesús. Cuántas veces creemos que nosotros solo lo podemos todo y no dejamos espacio para que Él actúe. Dejemos que el ES, la fuerza del resucitado nos llene.

Cristo nos llama a entregarnos de forma generosa, total, radical, constante, auténtica, conquistadora, sacrificada. ¿Puede contar con nosotros... o nos vence la pereza?

 “Si, Señor tú sabes que te quiero”

Señor Jesús, Tú lo sabes todo, lees en nuestro interior, escuchas más el corazón de tus hijos, que las palabras.

¡Qué bueno que cada vez que participamos en la Eucaristía
pudiésemos decir los Discípulos: “Es el Señor”.

Y pudiéramos salir de la Iglesia diciendo: “Nosotros vamos contigo”.


 

Cuando pasamos de la oscuridad a la luz: ESTA EL SEÑOR

Cuando nos esforzamos y recogemos fruto: ESTA EL SEÑOR

Cuando nos lanzamos sin miedo: ESTA EL SEÑOR

Cuando vivimos con alegría: ESTA EL SEÑOR

Cuando expresamos nuestra Fe: ESTA EL SEÑOR

Cuando somos valientes: ESTA EL SEÑOR

Cuando caminamos sobre las dificultades: ESTA EL SEÑOR

Cuando salimos victoriosos: ESTA EL SEÑOR

Cuando no tenemos miedo: ESTA EL SEÑOR

Cuando venimos a la Eucaristía: ESTA EL SEÑOR

Cuando escuchamos su Palabra: ESTA EL SEÑOR

Cuando perdonamos y olvidamos: ESTA EL SEÑOR


 

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SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

Santa Teresa de Calcuta

UN ÁNGEL EN LA TIERRA   SEÑOR ENSÉÑANOS A AFRONTAR  LAS LUCHAS DE LA VIDA DIARIA “Señor crucificado y resucitado, enséñanos a afrontar las luchas de la vida diaria, para que vivamos en una mayor plenitud. Tú has acogido humilde y pacientemente los fracasos de la vida humana, como los sufrimientos de tu Crucifixión, así pues, ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada jornada como ocasiones para crecer y asemejarnos más a Ti. Haznos capaces de afrontarlas pacientemente y con coraje, llenos de confianza en tu apoyo”. (Santa Madre Teresa de Calcuta) "Líbrame, Jesús mío, del deseo de ser amada, del deseo de ser alabada, del deseo de ser honrada, del deseo de ser venerada, del deseo de ser preferida, del deseo de ser consultada, del deseo de ser aprobada, del deseo de ser popular, del temor de ser humillada, del temor de ser despreciada, del temor de sufrir rechazos, del temor de ser calumniada, del temor de ser olv...