Ir al contenido principal

Pedid y se os dará

 


“En verdad, en verdad os digo: 
si pedís alguna cosa al Padre en mi nombre, él os la dará”. 
(Jn 16, 23b-28)

 

Jesús nos invita a pedir al Padre en su nombre.

Pedir con confianza y alegría.

Pedir sabiéndonos queridos.

Pedir porque somos frágiles y pequeños.

Pedir en nuestra vulnerabilidad y tristezas.

Pedir sin miedos ni barreras.

Pedir sin horizontes ni fronteras.

 

Contémosle lo que nos pasa.

Hablémosle de los que viven conmigo,

de aquellos que conozco.

Dejemos sitio en nuestra oración

a los que sufren en nuestro mundo...

y esperemos confiados su respuesta.

 


No podemos dejar de pedir, de insistir,

de confiar, de vivir desde la fe.

Creo que es eso lo que nos falta: vivir desde la fe.

La fe que salva, que restaura, que ilumina.

 

Pedir a veces cuesta.

No es fácil reconocer nuestra indigencia existencial.

Nos han educado

para la resolución de problemas y la autosuficiencia.

Pedir humilla porque le otorgamos al otro

un poder que nosotros carecemos.

Pero pedir desde el Evangelio es compartir.

Es reconocer que mis limitaciones son la puerta

que se abre a la ayuda del otro.

Alegría completa al compartir.

 

Cuando recibimos lo que pedimos nos llenamos de alegría,

pero cuando damos, nuestra alegría es más grande todavía

porque nos sentimos amando y amados.

 

Experimentemos la fuerza salvífica del nombre de Jesús. 

Pronunciar con Fe, el NOMBRE DE JESÚS,

nos libera, nos sana, nos ilumina.

Señor, tú dijiste que todo lo que pidiera en tu nombre me lo concederías.

Te pido, Señor y Dios mío, la fe, la esperanza y el don de la caridad.

Estas tres virtudes me bastan, con ellas puedo amarte, darte gloria,servirte y comunicarte a los demás.

Señor Jesús, aumenta nuestra Fe y moveremos montañas en tu nombre.

Jesús, enséñanos a orar, para que podamos saborear el amor del Padre; enséñanos a pedir por todos y para todos, no sólo por nuestras pequeñas preocupaciones; enséñanos a pedir sobre todo el don del Espíritu, el don de conocer y cumplir siempre tu voluntad.


 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

Santa Teresa de Calcuta

UN ÁNGEL EN LA TIERRA   SEÑOR ENSÉÑANOS A AFRONTAR  LAS LUCHAS DE LA VIDA DIARIA “Señor crucificado y resucitado, enséñanos a afrontar las luchas de la vida diaria, para que vivamos en una mayor plenitud. Tú has acogido humilde y pacientemente los fracasos de la vida humana, como los sufrimientos de tu Crucifixión, así pues, ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada jornada como ocasiones para crecer y asemejarnos más a Ti. Haznos capaces de afrontarlas pacientemente y con coraje, llenos de confianza en tu apoyo”. (Santa Madre Teresa de Calcuta) "Líbrame, Jesús mío, del deseo de ser amada, del deseo de ser alabada, del deseo de ser honrada, del deseo de ser venerada, del deseo de ser preferida, del deseo de ser consultada, del deseo de ser aprobada, del deseo de ser popular, del temor de ser humillada, del temor de ser despreciada, del temor de sufrir rechazos, del temor de ser calumniada, del temor de ser olv...