Amando gratis



“Sed misericordiosos 
como vuestro Padre 
es misericordioso” 
(Lc 6, 27-38)

Lo de Jesús impacta, rompe esquemas, echa por tierra la estrecha lógica de la justicia humana.
En Él no caben los límites al amor.
Su corazón lleno de misericordia se ensancha para cubrir toda la tierra. 
Bendecir, perdonar, compadecerse, dar y darse generosamente...


Amor a los enemigos: proyecto fraterno de Jesús...

El amor a los enemigos es posible por Jesús.
Si creyéramos y practicáramos de verdad esto, se terminarían los conflictos, las divisiones, las situaciones que separan.
La Palabra de Jesús tiene una fuerza increíble y su vida icono donde podemos aprender.
¿Seremos capaces de acoger este reto?
¿Dejaremos de llevar cuentas del mal?
Transformaremos nuestra vida con el poder redentor del Amor.
Que Jesús, que unió lo imposible, nos haga posibles puentes con los distintos, empezando por los más cercanos.
Es, nada más -y nada menos-, que el proyecto fraterno de Jesús.



Amistad y fraternidad son los vínculos más eficaces para vivir con naturalidad y simpatía a los miembros y hermanos de otras religiones.
Pasar de la enemistad y animadversión a la amistad y aceptación mutua, es el gran camino, estrecho, pero seguro, por el que llegar a la luz.

Para vivir el Evangelio de hoy no basta con ser buenos, comprometidos, cumplidores o esforzados...
Es necesario una naturaleza nueva, la que Jesucristo nos regala en su Misterio Pascual.
Una forma de amar única, que destruye el pecado y que vence a la muerte.

No te canses de amar con pasión y alegría.
Sólo se cansan los que están secos por dentro y tiran por fuera del carro por pundonor.
"El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa", que dice san Juan de la Cruz.
No existe el cansancio para el amante.
"Ama y haz lo que quieras."

"Tratad a los demás como queréis que ellos os traten".
Si te gusta que te traten bien, te respeten, hablen bien de ti, valoren lo que haces... haz lo mismo con los demás.


Cuando juzgamos, no amamos.
Expresamos nuestras íntimas resistencias a acoger todo lo que es.
Y olvidamos que todos estamos llamados a ser mucho más de lo que en esta vida se manifiesta.
Somos seres en evolución hacia la plenitud.



La Misericordia es el triunfo del corazón de Dios, de su bondad y de su perdón.
La Misericordia nos pide bendecir a los que nos maldicen, tener los sentimientos de Dios, amar de verdad y perdonar de verdad.

Gracias, Señor, por todas las personas que no apagan su bondad en la noche de la maldad; que se abrazan con fuerza a la compasión, para no dejarse llevar por el viento del resentimiento; que no se arrodillan ante el poder y el dinero, ante el chantaje y la comodidad.
Gracias por las personas que siguen teniendo un corazón libre para amar y luchar, aun cuando sus manos y sus pies están encadenados; que son capaces de dar la vida por los que sufren, sin atentar contra quienes piensan y actúan distinto; que siguen luchando por la justicia y la verdad,
un día, un año y toda una vida, a pesar de incomprensiones y persecuciones.
Señor, gracias por la luz y fuerza interior que das a estas personas. 
Ayúdame, también a mí, a ser el amo de mi destino, el capitán de mi alma.



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