“Tratad a los demás como queréis que ellos os traten”
(Mt
7,12).
Jesús lleva siempre la iniciativa en el amor.
Se adelanta, comparte
su intimidad, parte el pan y lo reparte.
Cada frase del
evangelio de hoy es un pequeño tesoro de sabiduría que Jesús propone.
El tesoro o la
perla del amor de Dios lo llevamos en el vaso de barro que somos cada uno de
nosotros: procuremos ser dignos de él y valorarlo.
Antes de hacer o
dejar de hacer algo a los demás, pensemos qué desearía para mí, si me hallase
en aquella situación.
El camino más
corto y fácil no suele ser el mejor: la vida cristiana exige fidelidad de larga
duración.
Lleva hoy a la práctica esta palabra de Jesús.
Nunca cambian tanto las cosas como cuando cambia uno mismo.
Sé que esperas el
fruto de mi amor.
¿Cuándo te lo daré?
- Danos, Señor,
buen juicio y discernimiento
para saber actuar en toda
ocasión
a la luz de tu palabra.
Celebramos hoy la memoria de san Luis Gonzaga, hijo del marqués de
Castiglione, dejó de lado un futuro lleno de comodidades y, venciendo la oposición
paterna, se hizo jesuita. Murió a los 23 años, víctima de la peste mientras
cuidaba a los afectados por la epidemia en Roma (1591): «Nuestra separación
no será larga; nos volveremos a ver en el cielo, y disfrutaremos de nuestro
Redentor, y cantaremos eternamente sus infinitas misericordias» (Última carta a
su madre).
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