Señor, por donde tú vayas.
“Maestro, te
seguiré adonde vayas”
(Mt 8,19).
El
cristianismo es, ante todo, un "proyecto de vida"..
Los discípulos
de Jesús comprendieron (lo que comprendieron) sobre Jesús, viviendo con él,
viviendo como él, compartiendo lo que pudieron compartir de su proyecto de
vida.
Y aun así, ¡se quedaron tan lejos...!
Los primeros discípulos, caminando con Jesús de un lado a otro, aprendieron qué significa seguirlo.
Los primeros discípulos, caminando con Jesús de un lado a otro, aprendieron qué significa seguirlo.
Es estar siempre
en camino —no físico sino interior, de cada uno y de toda la Iglesia—buscando
cómo vivir hoy según las actitudes de Jesús.
Jesús no engaña.
Quien quiera
seguirlo tendrá que aprender a entregar la vida y a caminar sin casa ni techo
fijos.
Dedica varias
horas a caminar.
Aprende lo que el
camino (Jesús) te enseñe.
En sus palabras,
algo duras, entendemos que este seguimiento es lo más importante para el
cristiano y que nada puede apartarnos de ello.
Si dejamos de
seguir a Jesús, morimos como cristianos.
Juntos andemos, Señor.
Por donde tú
vayas, iré yo.
- Señor Jesús:
que aprendamos cada día a seguirte,
según la vocación de cada
persona:
en la vida familiar o eclesial,
en el ámbito social y público
o en el
silencio de las acciones sencillas.
Comentarios
Publicar un comentario