Prender fuego
He venido a prender fuego: a encender las conciencias apagadas, a despejar las mentes embotadas, a levantar los ánimos decaídos, a infundir energía a los abatidos.
A eso he venido, a eso os envío: a alentar, a estimular, a despabilar a los postrados, a reconfortar a los esforzados, a avivar las mechas humeantes, a prender fuego.
Préndeme, Señor, con tu fuego.
He venido a prender fuego: el mío es el fuego de la verdad, el amor que quema y cura.
Pasaréis por un bautismo de fuego que os purificará, que os abrasará las entrañas.
A eso he venido, a eso os envío: a saltar la hoguera, a caminar sobre ascuas, a prender fuego.
Préndeme, Señor, con tu fuego.
He venido a prender fuego: el mío es el fuego que arde sin consumirse, el fuego que ilumina a todo hombre y mujer, el fuego que incendia los corazones, el fuego que alumbra en la oscuridad, el fuego que brilla en las tinieblas.
A eso he venido, a eso os envío: a arder e incendiar, a brillar e iluminar, a prender fuego.
Préndeme, Señor, con tu fuego.
He venido a prender fuego:
Mi palabra es fuego abrasador, llamarada incontenible, es calor de vida palpitante, es antorcha en lo alto y lumbre interior; rayo y volcán, horno y brasero.
A eso he venido, a eso os envío: a elevar la temperatura humana, a dar calor al mundo, a cauterizar heridas, a reavivar los rescoldos, a prender fuego.
Préndenos, Señor, con tu fuego.
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