Autoridad
"¿Qué tiene su palabra?
Da órdenes con autoridad y poder
a los
espíritus inmundos, y salen."
(Lc 4, 31-37).
¡Qué pregunta más bonita se hace la gente!
¿Qué fuerza lleva dentro la palabra de Jesús?
¡Con qué valentía se enfrenta al mal con su palabra!
¡ Cuánta ternura y belleza esconden sus palabras!
Aprende a estar con la palabra de Jesús en el corazón,
hasta
que te comunique todos sus ecos.
Tu palabra eres Tú, Jesús.
Escucho tus palabras y respiro tus perfumes.
¡Cómo me crea por dentro tu Palabra!
Jesús nos ofrece lo más grande de sí mismo: su vida y su
espíritu, para que, recibidos por nosotros,
nos transformen cada día en mejores
hijos de Dios
Su Palabra lleva toda una vida detrás
que le da coherencia y
credibilidad.
Jesús lo que dice lo hace, y eso gana confianza y
discípulos.
Se enfrenta a lo negativo, no se instala en la queja.
Su palabra no es teoría.
Es explicación de una forma de vivir y de amar.
Su Palabra es Buena Noticia para aquellos
que no reciben
ninguna,
es denuncia para los que abusan de su poder, es proyecto para los que
andan buscando sentido a su vida, es seguridad para los que se sienten enviados
y elegidos por Él.
Su palabra realmente fascinaba.
Cómo no iba a seducir alguien
que podía someter a los
espíritus inmundos.
En nuestros días pasa
lo mismo,
aunque acallamos su voz con otras voces
y ruidos para no dejarnos
sorprender.
Preferimos los ruidos que aturden a la palabra que salva.
por liberarnos de los espíritus que nos
atemorizan.
Concédenos reconocer
el mal que retuerce a nuestros hermanos
y ayudarles a disfrutar la alegría de
una vida libre.”
Lo que llama la atención de Jesús
es su palabra llena de
autoridad.
La autoridad no es poder.
El poder es imposición, control, destrucción, intereses
personales.
El “yo pienso” sostiene el poder arbitrario.
La autoridad es reconocimiento mutuo y libertad.
La autoridad siempre es dada por los demás, nunca impuestas.
La autoridad se da a quien vive lo que predica
y a quien
elige el último lugar (servicio).
Hablar con autoridad es hablar con palabras
pero también con
el testimonio de la propia vida, con los hechos.
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