Es la hora
«Porque todo el que se enaltece
será humillado;
y el que se humilla
será enaltecido»
(Lc 14, 1. 7-14)
En el evangelio aparecen dos miradas.
La de los principales fariseos que espían a Jesús.
Desde su superioridad, su verdad y sus juicios.
Y la de Jesús que nota como los convidados
escogen los
primeros puestos.
Desde la humildad, la verdad y el desprendimiento.
El Evangelio de hoy es una llamada
a vivir desde la humildad
y la sencillez.
¿Quiénes son nuestros prójimos?
¿De quiénes nos rodeamos?
Jesús nos invita a la práctica de la humildad perfecta,
que
consiste en no juzgarnos ni juzgar a los demás,
y a tomar conciencia de nuestra
insignificancia individual
en el concierto global del cosmos y de la vida
Es hora de ser humildes.
Dejemos de mirarnos el ombligo,
de pensar en nuestras
propias necesidades.
Miremos a nuestro prójimo.
Responder en silencio sirviendo a los demás.
Darse a los otros en el anonimato, en silencio, sin
aplausos.
Estamos llamados a dejar sitio a los que nadie deja sitio
poniéndonos al servicio de ellos para que sean valorados
y tengan el lugar que
les corresponde.
La humildad es la invitación del Señor para todos los
cristianos. Pidámosle a Jesús que sepamos estar cerca de los vulnerables
y a
vivir el Evangelio desde la pequeñez y la confianza en Dios.
Jesús es quien se puso de verdad en último lugar,
el del
servicio a los demás y la entrega generosa hasta la cruz.
En los últimos puestos
Te acusaban de comer
con cualquiera.
Corruptos, pecadoras públicas, extranjeras
se sentaban a tu mesa
y les acogías con ternura.
Cómo molestaba eso a quienes se creían puros.
Cómo te molesta
que hoy tantas personas
se sientan rechazadas en nuestras comunidades.
Te sientas el último
para acoger a quien llega al final, con vergüenza.
Tu identidad divina nunca fue barrera
siempre fuerza de salvación.
Rompías los protocolos de pureza y honor
para que nadie se quedara fuera.
Ayúdanos a ser como tú
que en nuestra mesa no falten los pobres
las excluidas, los abandonados,
que no olvidemos que nos esperas en los últimos puestos.
(Javi Montes, sj)
Comentarios
Publicar un comentario