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Vidas nuevas


«Llegarán días en que les arrebatarán al esposo y entonces ayunarán» 

(Mt 9, 14-17)

La novedad crea inseguridad, incertidumbre, ignorancia, y a veces, rechazo. Es más seguro hacer siempre lo mismo. Nos sitúa en la zona de confort. Somos expertos y maestros. El reto es abrirnos a lo que está por conocer desde una actitud de aprendiz y de sorpresa

El novio está profundamente enamorado. Espera una celebración de ese amor donde el importante es el otro. El novio está feliz. Un novio solo tiene ojos, detalles, gestos... para quien ama. Él es el novio y nos ama.

Jesús, la gran aspiración de mi vida es poder amarte por encima de todas las cosas. Dame valor para poder renunciar a todo lo que me aparte de Ti; dame generosidad para saber ayunar siempre de mí mismo, de manera que pueda llenarme de tu amor y de tu gracia.



Señor Jesús, te pedimos que, por intercesión de María tu madre, sepamos ser testigos de tu evangelio, que es novedad para el mundo. 

Que nuestros corazones sean estos odres nuevos donde tu vida rebose en frutos de amor, de alegría y de paz. 

Amén

 


Señor ayúdame

Señor ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes.
Y a no decir mentira para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna no permitas que pierda la felicidad.
Si me das fuerza no permitas que pierda la razón.
Si me das éxito, no permitas que pierda la humildad.
Si me das humildad, no permitas que pierda la dignidad.
Ayúdame siempre a ver el otro lado de la medalla.
No me dejes inculpar de traición a
los demás por no pensar como yo.
Enséñame a querer a la gente como a mí mismo
y a juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo.
Ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame que el fracaso
es la experiencia que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar es lo más grande del fuerte.
Y que la venganza es la señal primitiva del débil.
Si me quitas la fortuna, déjame la esperanza.
Si me quitas el éxito, déjame la fuerza para triunfar.
Si yo faltara a la gente, dame valor para disculparme.
Si la gente faltara conmigo, dame valor para perdonar.
Señor, si yo me olvido de TI, Tú no te olvides de mí.

María Eugenia Ochoa Medina



 


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