Voz de la Palabra
“Este es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del
mundo”
(Jn 1, 29-34).
'Es el Cordero de Dios' Es la misericordia y el amor de
Dios hecho hombre. Es Dios con nosotros, es el Hijo predilecto, el que bautiza
con Espíritu y cambia el corazón de los hombres... para siempre, para todos.
Él se hace Siervo por amor y viene a nuestro encuentro,
manso y humilde, como un Cordero, para cargar con nuestros pecados y para
darnos su mismo Espíritu, su misma Vida.
Juan Bautista se presenta en el cuarto evangelio como
modelo de seguimiento de Jesús. Todas las personas cristianas estamos llamadas
a ser la voz de la Palabra con mayúsculas. Nuestra misión es que la palabra se
oiga y luego desaparecer. Somos el cartel que anuncia e indica el destino pero
que se deja atrás.
Cuando como comunidad dejamos de mirar a Jesús y de
anunciarlo, empezamos a mirarnos el ombligo y entramos en problemas. Para un
momento y pregúntate: ¿tu vida y todo lo que haces tiene como referencia a
Jesús?
Señor Jesús, sólo Tú eres el Sol y la luz, pero yo puedo
ser una luna que refleje tu resplandor.
Sólo Tú eres Amor, pero yo puedo compartir el cariño que
recibo de Ti.
Sólo Tú puedes dar la fe y la esperanza pero yo puedo dar testimonio.
Sólo Tú eres el Camino, pero yo puedo ser el dedo que lo señala.
Sólo Tú eres la Paz, pero yo puedo acogerla y construirla a mi alrededor.
Sólo Tú haces que crezcan los trigales bajo el sol, pero yo puedo triturar el grano y repartir el pan.
Sólo Tú puedes salvar al mundo, pero yo puedo luchar contigo contra la injusticia y el pecado.Sólo Tú puedes hacer lo imposible; pero yo puedo hacer lo posible.
En realidad, sólo Tú te bastas a Ti mismo, pero prefieres seguir contando conmigo.
Gracias, Señor, gracias.
Sólo Tú puedes dar la fe y la esperanza pero yo puedo dar testimonio.
Sólo Tú eres el Camino, pero yo puedo ser el dedo que lo señala.
Sólo Tú eres la Paz, pero yo puedo acogerla y construirla a mi alrededor.
Sólo Tú haces que crezcan los trigales bajo el sol, pero yo puedo triturar el grano y repartir el pan.
Sólo Tú puedes salvar al mundo, pero yo puedo luchar contigo contra la injusticia y el pecado.Sólo Tú puedes hacer lo imposible; pero yo puedo hacer lo posible.
En realidad, sólo Tú te bastas a Ti mismo, pero prefieres seguir contando conmigo.
Gracias, Señor, gracias.
Comentarios
Publicar un comentario