De las tinieblas a la luz
"Está cerca el reino de los cielos"
(Mt 4,
12-25)
La palabra de Dios es viva y eficaz.
En ella está la
clave para que el ser humano encuentre su plenitud. Nos revela el camino para
vivir como hijos de Dios.
Contémplala, escúchala, permanece abierto a su acción
transformadora.
Nos va convirtiendo poco a poco en sal y luz.
Convertirse es el dinamismo de toda existencia que busca
tender al fin para el que fue creada.
Nacemos de Dios y toda nuestra vida es
una tensión hasta volver a él.
Solo desde el cambio de mirada, de sentir, de
confianza... es posible descubrir que Dios está aquí, que comienza una manera
nueva de vivir, estar y ser en este mundo, su proyecto para nosotros, un reino
de fraternidad, justicia y paz.
Cuanto más amamos, mas hacemos presente el reino de Dios
en el mundo.
Cuando dejamos que sea el Espíritu de Jesús el que actúe en
nosotros, haciendo el bien, escuchando, compartiendo, aliviando el dolor,
generando esperanza...
Entonces en medio de la oscuridad brilla una luz.
Jesús inicia su ministerio poniéndose al servicio de los
más débiles, de los últimos, de los descartados, de los que no cuentan, para
que también estos conozcan y experimenten en sus vidas el amor y la
misericordia del Padre.
Jesús comenzó por esa tierra de tinieblas y sombras de
muerte:
Porque para él los preferidos son los abandonados.
Porque quería comenzar sembrando ilusión y esperanza, precisamente donde otros sembraron desilusión y desesperanza.
Porque para él los preferidos son los abandonados.
Porque quería comenzar sembrando ilusión y esperanza, precisamente donde otros sembraron desilusión y desesperanza.
Comentarios
Publicar un comentario