Es libre quien sirve al amor.
«El Hijo del
hombre es señor también del sábado» (Mc 2, 23-28)
Ojalá algún día los buscadores, los soñadores, los que
esperan, los que sufren injusticias, los sencillos... Todos puedan encontrarse
con el tesoro que es Jesús. Ojalá su reino siga creciendo entre nosotros. Poco
a poco, pero se hará grande como lo hace la semilla de mostaza...
La creación y los mandamientos están al servicio del
hombre, redimido por Cristo, para ayudarlo a crecer en la Vida nueva recibida
en el Bautismo, a adquirir la verdadera libertad, la de los hijos de Dios.
No podemos limitar la grandeza de Dios con nuestras leyes
o normas. Somos limitados y cortos de vista cuando buscamos meter en nuestros
esquemas al Infinito, y condicionarlo a nuestros cálculos. Dejemos a Dios ser
Dios y no queramos ser, lo que no somos.
Es Señor de la historia, de la Ley, de la vida. Es Señor
de nuestro corazón si le dejamos sitio, dador de libertad para amar sin medida
a los otros. Señor del darse, de la generosidad desmedida. Señor que no obliga
sino que ama.
Es libre quien sirve al amor.
"La única religión, el único mandato, el único camino será el amor."
Jesús es alegría, libertad, vida en abundancia...
«No te fijes en las apariencias... porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón.» (1 Sam 16, 1-13).
Enséñanos, Señor, a mirar con el corazón.
"La única religión, el único mandato, el único camino será el amor."
Jesús es alegría, libertad, vida en abundancia...
«No te fijes en las apariencias... porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón.» (1 Sam 16, 1-13).
Enséñanos, Señor, a mirar con el corazón.
Hoy, santa Inés. Su nombre significa cordero, por eso se
le representa siempre con uno de ellos, y así fue al martirio, sin oponer
resistencia.
Ante las pruebas de la vida, ¿pataleas y te rebelas?
Confía en tu Padre bueno, y sé manso... Como el Cordero de Dios
No somos felices porque no somos misericordiosos,
y no somos misericordiosos
porque nos sentimos superiores a alguien.
La misericordia es fruto del más alto grado de amor,
La misericordia es fruto del más alto grado de amor,
porque es el amor el que nos hace iguales,
y un amor más fuerte nos hace inferiores.
Se podrían establecer tres ecuaciones:
El que no ama se siente superior a todos.
El que ama se siente igual a todos.
El que ama mucho se siente inferior a todos.
Cada uno de nosotros se halla
Se podrían establecer tres ecuaciones:
El que no ama se siente superior a todos.
El que ama se siente igual a todos.
El que ama mucho se siente inferior a todos.
Cada uno de nosotros se halla
en una de estas tres posiciones,
que son los tres grados de vida espiritual sobre la
tierra:
En la muerte, quien no ama.
En la vida, quien ama.
En la santidad, quien ama mucho.
En la muerte, quien no ama.
En la vida, quien ama.
En la santidad, quien ama mucho.
Carlo Carretto,
“Más allá de las cosas”
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