Pregonero de tu fiesta, Señor.




“Venid a la boda” 
(Mt 22,4)

El banquete de bodas es signo de la comunión gozosa de Dios con la humanidad.
Pero ¿quién acogerá esta invitación de Jesús en un mundo acostumbrado a la ausencia de Dios?
La mayor parte de los invitados rechaza la invitación, prefiere vivir al margen de Dios. 
Aprovecha tú estos minutos para acoger esta invitación gratuita a dejarte querer por Dios. 

Conviérteme en pregonero de tu fiesta, Dios mío, donde hay flores y danzas, pan para todos.  

Señor, Tú te acercas cada día y nos llamas,
Nos invitas a disfrutar en el mejor banquete.
Compartes con nosotros el vino de la alegría.
Quieres alimentarnos con el pan de tu amor.


Y nosotros sacamos excusas y no acudimos.
Tenemos muchas cosas importantes que hacer.
Creemos que tu banquete es aburrido.
Despreciamos lo que más necesitamos.


Señor, danos un corazón inteligente y sabio,
que sepa reconocer donde la verdadera alegría.
Danos un corazón sencillo y acogedor,
que sepa recibir el amor que nos ofreces gratis.


Señor, danos un corazón generoso y misionero,
para salir a las calles, plazas, cruces y caminos
e invitar a todos al banquete que has preparado,
al banquete de bodas, que algún día será eterno.

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Señor, enséñame a orar"

Gracias, Señor.

Colaborar con el Señor