El Reino es una oferta para todos.



“¿Entendéis bien todo esto?” (Mt 13,51)

No se trata de mirar a Jesús desde una ideología.
Se trata de aceptar su mensaje, de respirar su perfume, de seguir sus pisadas.
Sé humilde para aceptar que las convicciones hondas tardan en llegar a tu corazón.

Cuando paso contigo largos ratos, 
Señor, afloran a mi mente las memorias más hondas, 
siento que Tú me amas.

El Reino es una oferta para todos.

“El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces...”

La imagen de sacar la red de pescar y separar los peces era algo habitual y conocido por los apóstoles.
Con esta parábola era y es fácil, comprender la dinámica del creyente. 
El bien y el mal son inherente a la condición humana. 
Lo importante es discernir lo que realmente es de valor para la vida cristiana. 
Saber distinguir lo verdadero de lo meramente superficial.

- Señor, aumenta la bondad en mi vida.

En el proyecto de Jesús caben todos, sin distinciones ni rechazos.
Solo Dios le corresponde juzgar, a nadie más.
En el mar está toda la sociedad.
En la red estamos los que hemos sido llamados.
En el juicio serán nuestras obras quienes abogarán por nosotros.
Se nos alerta a no juzgar con excesiva facilidad.
Dios es el único Juez.
El único que conoce el corazón, humano y sabe las verdaderas intenciones.
Demasiadas veces juzgamos por apariencias.

- Señor, que mis obras sean consecuentes con lo que afirmo creer.

Jesús nos anuncia una buena noticia, una noticia cargada de esperanza para todos los hombres, pero también nos advierte de las consecuencias de una existencia vivida desde el egoísmo, desde la mentira, desde el pecado.
Si vivimos así, sufriremos el horno encendido del sinsentido, de la desesperanza, de la tristeza...

Un letrado que acoge el mensaje de Jesús, no desprecia todo lo anterior, ni se refugia en el pasado, temiendo cualquier novedad.
Pidamos a Dios que en nuestros pueblos, en nuestras familias y en nuestra propia vida, llevemos adelante esta filosofía: valorar el pasado crítica y agradecidamente y afrontar la novedad del futuro con confianza y prudencia.

Celebramos a Nuestra Señora de los Ángeles.

La Virgen María es la Madre de Jesucristo.
Por esta razón, ha sido venerada siempre como la criatura más excelsa, Reina y Señora de los Ángeles.
Que nuestra Madre nos mantenga fieles al Señor y firmes en nuestra lucha por repetir una y otra vez su “fiat”.

Que nuestra Madre nos mantenga fieles al Señor y firmes en nuestra lucha por repetir una y otra vez su “fiat”.


"María, Dame tu corazón: tan hermoso, tan puro, tan inmaculado; tu corazón tan lleno de amor y humildad que yo pueda recibir a Jesús en el pan de la vida y amarlo como tú lo amas y servirle en el disfraz angustiante de los pobres. " (Santa Teresa de Calcuta).




"Como está el barro 
en manos del alfarero, 
así estáis vosotros en mis manos"
(Jer. 18,1-6)



Dejarme hacer es cuanto pides de mí.
Dejarme hacer de nuevo por ti.
Dejarme hacer en tus manos, Señor.

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