Jesús, Pan de Vida




 “Mi carne es verdadera comida, 
y mi sangre es verdadera bebida”. 
(Jn 6, 51-58).


*Es Domingo*
Muchas veces, las mejores experiencias se nos presentan con una apariencia humilde.
Así es Jesús: viene a nosotros como insignificante para transformarnos en su misma vida. 
¡Déjate tocar por Su gracia!
*Comparte tu Fe*

Nada somos sin Dios, pero Él precisa de nosotros para actuar.
Requiere de nuestra libertad, de nuestra entrega, de la apertura de nuestro corazón a su gracia; de la acogida en las raíces de nuestro ser, para que Cristo pueda dar fruto en nosotros.

Seamos pan partido para los hambrientos.
Alegría profunda para los tristes.
Bálsamo sanador para los enfermos.
Hogar acogedor para los refugiados.
Libertad para los oprimidos.
Esperanza para los atribulados...
Seamos eucaristía.

La Eucaristía, Jesús Pan de vida, es el corazón palpitante de la Iglesia y regenera en nosotros el dinamismo del amor.


Danos el agua que colma sin ahogar,
que limpia las entrañas
empapa el corazón,
y acuna en lo yermo la vida.

Danos tu pan, que sacia sin hartar
y restaura las fuerzas gastadas;
pan que alimenta la acogida,
el encuentro y la fiesta
al partirse en mesa de hermanos.

Danos tu espíritu que habla sin grito,
hace audaz al cobarde
y libera al cautivo
cuando inspira justicia, libertad, paz.

Danos tu verdad que seduce
sin trampa,
que hace sabio al pequeño
y hace sencillo al sabio,
al afirmar un amor invencible.

En agua, pan y amor inquieto,
en espíritu y verdad.
Tenemos sed de ti, Señor.


José Mª Rodríguez Olaizola, sj

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