Los dos caminos
“Tratad a los demás como queréis
que ellos os traten”
(Mt 7,12).
Jesús lleva siempre la iniciativa en el amor.
Se
adelanta, comparte su intimidad, parte el pan y lo reparte.
Lleva hoy a la
práctica esta palabra de Jesús.
Nunca cambian tanto las cosas como cuando
cambia uno mismo.
Sé que esperas el fruto de mi amor.
¿Cuándo te lo
daré?
El camino es estrecho para todos porque es exigente.
Requiere esfuerzo y control del propio egoísmo.
La salvación es para todos.
No
hay privilegiados: todos debernos cargar con la cruz que nos corresponde y
poner nuestra vida al servicio de los demás.
Son pocos los que encuentran el
camino porque la sociedad y la vida actual ofrecen todo lo contrario y tratan
con indiferencia a quien decide seguir su conciencia.
- Señor, dame fe para verte en mi vida.
- Señor, dame fe para verte en mi vida.
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