Ligero de equipaje, te sigo Jesús.
“Quién deje casa… por mí y por el Evangelio recibirá
ahora,
en este tiempo, cien veces más”
(Mc 10,29-30).
En el Reino no habrá miseria, sino afecto abundante para
todos.
¿Cuál es tu salario por ser seguidor de Jesús?
“Recibiréis en este tiempo cien veces más, con
persecuciones, y en la edad futura, vida eterna”.
Dios es buen pagador.
Haz frente al deseo de acumular con tu vida compartida.
Ligero de equipaje, te sigo Jesús.
En mi mochila, tu alegría y un pan para una
eucaristía.
Necesitamos
mirarnos a nosotros mismos y preguntarnos:
¿Qué me impide ser fiel a mi bautismo?
¿Qué me impide ser fiel a la gracia de Dios?
¿Qué me impide ser fiel a la misión que Dios me encomienda?
¿Qué me impide ser fiel a mí mismo?
¿Qué me impide ser fiel al Evangelio?
¿Qué me impide ser fiel al cambio?
¿Qué me impide ser fiel a mi bautismo?
¿Qué me impide ser fiel a la gracia de Dios?
¿Qué me impide ser fiel a la misión que Dios me encomienda?
¿Qué me impide ser fiel a mí mismo?
¿Qué me impide ser fiel al Evangelio?
¿Qué me impide ser fiel al cambio?
Seremos libres
cuando podamos decir como Pedro:
“Señor, nosotros que lo hemos dejado todo y te seguimos”.
Seremos libres cuando no tengamos la tentación de mirar atrás.
Seremos libres cuando podamos mirar con alegría al futuro.
Seremos libres cuando podamos seguir a Jesús.
Seremos libres cuando, como María, podamos decir:
“Señor, nosotros que lo hemos dejado todo y te seguimos”.
Seremos libres cuando no tengamos la tentación de mirar atrás.
Seremos libres cuando podamos mirar con alegría al futuro.
Seremos libres cuando podamos seguir a Jesús.
Seremos libres cuando, como María, podamos decir:
“He aquí la esclava del
Señor, hágase en mí tu voluntad”.
El Espíritu Santo nos hace libres.
El Espíritu Santo nos hace libres.
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