Disponibles para Dios
Un acarreador de agua tenía dos grandes vasijas para llevar el agua a casa de su patrón.
Una vasija era perfecta y llegaba a casa llena de agua.
Una vasija era perfecta y llegaba a casa llena de agua.
La otra tenía algunas grietas y llegaba medio vacía.
Ésta avergonzada le dijo un día a su patrón: "
Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedo entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir".
El acarreador le dijo a la vasija agrietada:
El acarreador le dijo a la vasija agrietada:
"Cuando regresemos a casa, quiero que mires las bellas flores que crecen a lo largo del camino".
Así lo hizo.
Vio las flores pero aún así se sintió apenada.
El aguador le dijo:
El aguador le dijo:
"¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen de tu lado del camino?
Siempre he sabido de tus grietas y sembré semillas de flores por donde tú ibas para que las regaras todos los días y así he podido recoger estas hermosas flores para la mesa de mi Maestro.
Si no fueras exactamente como eres, con todos tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza".
Nosotros somos tinajas agrietadas
y nos usa de diferentes maneras.
No deberíamos avergonzarnos de nosotros.
No deberíamos avergonzarnos de nosotros.
No es cuestión de cuanto valemos o de cuán perfectos somos,
es cuestión de disponibilidad.
La gente adquiere muchas habilidades.
La gente adquiere muchas habilidades.
En el servicio de Dios hay una habilidad
que es la más grande y necesaria de todas.
La disponibilidad.
Si no estamos disponibles para Dios,
por más habilidades que tengamos no sirven de nada.
Hay personas que piensan que Dios no las puede usar
Hay personas que piensan que Dios no las puede usar
porque no tienen grandes habilidades o talentos especiales.
Dios nunca nos preguntará por nuestras habilidades,
Dios nunca nos preguntará por nuestras habilidades,
sólo nos preguntará si estamos disponibles para trabajar para Él, para ser su embajador.
Ponerse en camino.
Ser presencia
de Dios y hablar de Él.
Que
allí donde estemos sepamos compartir y ayudar.
Dar testimonio de Jesús debe ir
acompañado de la vida.
La palabras no convencen.
Convencen las obras.
Hoy celebramos la
fiesta de los santos Cirilo y Metodio, patronos de Europa.
Unos
príncipes eslavos enviaron un comunicado al emperador Miguel (siglo IX): «Nuestra tierra ya ha sido bautizada, pero aún no tenemos ningún maestro que
nos explique los libros santos.
Envíanos, pues, unos buenos maestros que sean
capaces de darnos el significado de las palabras de la Biblia».
Los hermanos
Cirilo y Metodio nacidos en Tesalónica (825), se sirvieron de un alfabeto
creado por ellos mismos (cirílico) para traducir la Biblia y los textos litúrgicos
en la lengua eslavo, iniciando así la evangelización de Rusia y los
demás pueblos del Este de Europa.
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