Acude a Jesús
“Anda, vete, que, por eso que has dicho,
el demonio ha
salido de tu hija”
(M 7, 29)
El poder del mal no respeta fronteras, ni edades, ni
culturas.
En cada pueblo, en cada ciudad, en cada rincón,
hay
hombres y mujeres que sufren en silencio.
La fe persistente de una mujer pagana
impulsa a Jesús a
derramar su ternura con los pequeños,
con los que sufren,
con los que están en
las orillas de la vida.
Diríamos que Jesús, en este episodio,
no «estuvo
políticamente correcto».
No sabemos el porqué de esta actuación.
La mujer
es la verdadera protagonista.
Ante las palabras de Jesús, no retrocede.
Se le
enfrenta y le contesta con sus mismos términos.
No le echa en cara la
humillación que ha recibido.
La oración insistente puede arrancar milagros a Dios
Lo mira y le recuerda
que hasta los perros
tienen derecho a las migajas.
Ella también.
Jesús se ve obligado a rectificar.
No sabemos más de ella.
- Señor, que sepa afrontar las dificultades.
- Señor, que sepa afrontar las dificultades.
Acude a Jesús y pídele repetidas veces que cure tus
heridas,
tus penas, tus dolencias.
Preséntale también el dolor de quienes sufren en
silencio
y han perdido la esperanza.
"Si el Señor
no edifica la casa, en vano trabajan los albañiles" (Salmo 127)
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